La reconversión del sector del huevo ante la eliminación de las jaulas

Es necesario proteger a los productores de huevos españoles, para lograr una transición progresiva que asegure la autosuficiencia y la sostenibilidad del modelo europeo.

El sector del huevo se encuentra hoy muy preocupado ante el anuncio de la Comisión Europea sobre la presentación de una propuesta legislativa de aquí a 2023 para eliminar progresivamente el uso de jaulas acondicionadas en toda la Unión Europea, como parte de su estrategia “De la granja a la mesa”.

España tiene aún el 78 por 100 de sus gallinas en estas jaulas acondicionadas (las únicas permitidas en la UE actualmente) y reemplazarlas por sistemas alternativos supone invertir en las granjas unos 1.000 millones de euros, el equivalente a la facturación anual del sector.

Una inversión que irá sumada a la que ya se realizó en 2012 por las más de 1.400 granjas españolas, en su mayoría pymes familiares, que adaptaron sus instalaciones a la normativa sobre bienestar de las gallinas, alcanzando cifras cercanas a los 600 millones de euros. Inversiones que, en muchos casos, todavía no se han recuperado.

Desde el sector avícola, podemos decir orgullosos que la avicultura de puesta española está entre las más modernas, dinámicas y minuciosas del mundo. Se enmarca en el Modelo Europeo de Producción agroalimentaria, que se traduce en numerosas regulaciones que garantizan el respeto al bienestar animal, al medio ambiente y la seguridad alimentaria, además de favorecer la elección del consumidor.

Para situar al lector, hay que hablar en primer lugar de las grandes cifras que produce el sector del huevo y de la posición que ocupa nuestro país en la Unión Europea: cuarto productor de huevos con una exportación de 182.000 toneladas de huevos y ovoproductos en España en 2020 y una facturación de 1.154 millones de euros de valor de la producción final en 2020, un 19.8% más que en 2019.

Además, genera riqueza y empleo en el medio rural y en la España vaciada (unos 15.000 puestos de trabajo directos y en torno a los 60.000 empleos indirectos).

Hay que indicar que la sanidad y el bienestar de las gallinas tienen especial importancia para los productores de huevos españoles, independientemente de cual sea su sistema de producción. Desde el 1 de enero de 2012, todas las granjas españolas están adaptadas al RD 3/2002, que establece estrictas condiciones a las granjas de gallinas, entre ellas las alojadas en las llamadas jaulas acondicionadas, únicas jaulas permitidas en la UE.

INPROVO no es contrario a la propuesta de la Unión Europea, pero pide que la reconversión planteada se haga con plazos, ayudas y medidas a nivel nacional para ayudar a los productores a emprender las inversiones necesarias para asegurar que no habrá competencia desleal.

Como es lógico, producir en sistemas sin jaula implicará un aumento de los costes de producción de en torno al 20% para los huevos de suelo y el 35% para los camperos, que deberá repercutirse en el precio de venta.

Desde INPROVO abogamos por un compromiso social por el que los ciudadanos muestren que “están dispuestos a pagar” el previsible encarecimiento de ese producto básico en la cesta de la compra si finalmente la Unión Europea elimina la producción de huevos de gallinas en jaula.

Solo así podremos enfrentar el futuro con garantías de viabilidad y sostenibilidad del sector. Los productores españoles no pueden quedar abandonados a su suerte en este proceso.

Enrique Díaz Yubero

Director de INPROVO

Para más información, visitar www.inprovo.com

 

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