La Pingdemia en el Reino Unido; un nuevo problema ligado a la COVID -19
Como se ha publicado en la revista digital CARNICA, el pasado día 23 de julio, el Reino Unido debe hacer frente a una nueva crisis cárnica.
Se trata de la denominada “pingdemia”, que es el término que se utiliza para hacer referencia a la gran cantidad de trabajadores que se encuentra aislados en razón de haber estado en contacto con un positivo por COVID-19. Esta situación está afectando, especialmente en las últimas semanas, a un elevado porcentaje de operarios de su industria cárnica.
En concreto, la ‘pingdemia’ (que viene a significar literalmente epidemia de notificaciones) ha provocado que más de 600.000 personas por semana reciban, a través de la aplicación NHS Test and Trace, instrucciones para proceder a aislarse obligatoriamente durante 10 días por haber estado en contacto con una persona afectada por el virus.
De acuerdo con los últimos datos disponibles se pone en evidencia que la mayoría de plantas de producción tienen entre un 5 y un 10 por 100 de trabajadores aislados por pingdemia, lo que unido al porcentaje habitual de bajas por otros motivos (otras enfermedades, motivos personales, accidentes…) ha llevado a elevar el número de bajas entre un 10 y un 16 por 100 superior a la media habitual. Una situación que se agrava en el porcino donde algunos de los principales procesadores de carne de cerdo han comunicado que trabajan un 25 por por debajo de los niveles de rendimiento que deberían.
Esto está generando en un clima de abatimiento en toda la industria, que ve cómo, de mantenerse así, en breve va a ser imposible mantener en funcionamiento la cadena de suministro de alimentos cárnicos.
En realidad, como se resalta en las noticias de los medios británicos, este incremento de casos de COVID-19 (o de contactos con positivos) simplemente ha provocado una escasez ya crítica en lo que respecta a la ausencia crónica de la mano de obra en la industria que ya se agravó con el Brexit, lo que muestra una amenaza estructural y de largo recorrido para las empresas cárnicas británicas.
Las primeras en solicitar medidas políticas han sido las empresas porcinas, que han pedido a los parlamentarios que presionen al gobierno para que apruebe lo siguiente:
- Que el personal de procesamiento y de granjas de cerdos que haya sido doblemente vacunado pueda hacerse una prueba diaria y evitar el autoaislamiento siempre que la prueba sea negativa.
- Proporcionar a las empresas acceso a los trabajadores temporeros de la Unión Europea según lo permitido en los sectores de horticultura, frutas y aves de corral. Una relajación temporal de las reglas de visado para roles específicos a fin de permitir la entrada de más mano de obra extranjera en el Reino Unido.
- Agregar a los trabajadores de procesamiento de carne y carniceros a la Lista de Ocupaciones por Escasez.
- Un análisis sensato por parte del Tesoro para determinar quiénes de los aproximadamente 1,5 millones de trabajadores sin licencia pueden ser adecuados para un empleo en el sector alimentario, y luego ayudarlos a volver a trabajar lo antes posible.
- Un paquete de compensación las empresas más afectados por esta crisis, similar a lo que ya ha sido entregado por otras administraciones descentralizadas.
Esta situación debe ser contemplada con especial atención en algunas regiones de la Unión Europea dónde la tasa de contagios también está aumentando significativamente. España no puede permanecer ajena esta realidad cuando en ella los contagios diarios reales se acercan a las 35.000 personas y la incidencia acumulada se acerca, en el momento de escribir estas líneas a los 700.
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