Ganaderos e industria, enfrentados de nuevo por el precio de la leche

El sindicato agrario UPA ha denunciado esta semana los injustos precios pagados en origen a los ganaderos por la leche de sus vacas. Según UPA, el precio medio pagado en 2020 fue de 0,332 euros por litro, por debajo de los 0,3626 que los últimos estudios sitúan como el coste de producción medio.

Según el señor Román Santalla, “nadie puede vender por debajo de costes y vivir para contarlo”. “Perder 3 céntimos por litro es inasumible. Ya veníamos muy justos porque a 33 céntimos no salían las cuentas. Pero a partir de la semana 37 de 2020 se dispararon los costes. ¿Cómo pretenden la industria y la distribución que lo hagamos? Es imposible”.

En teoría, la reciente modificación de la Ley de la Cadena Alimentaria (que vino precedida por un decreto aprobado tras las protestas de agricultores a principios del año 2020, prohíbe estas prácticas. La ley obliga a los intermediarios a pagar un precio igual o superior al coste de producción del anterior eslabón, con la excepción de los supermercados, que pueden vender a pérdidas para evitar el despilfarro (si un producto está a punto de ponerse malo, podrían bajarle el precio).

De acuerdo con el señor Santalla: los costes se acuerdan por contrato entre comprador y vendedor. Y ahí está el quid de la cuestión. La ley de la cadena, que persigue acabar con estas ventas a pérdidas, no está funcionando. Tanto industrias como distribución siguen imponiendo su ley en la firma de contratos«.

La mecha de las protestas la prendieron los ganaderos de la organización de productores Agaprol con una carta incendiaria contra las proveedoras de leche de Mercadona. La misiva titulada «Basta de mentiras» cuenta que estas industrias marcan el precio al que les pagan la leche, que a su vez viene marcado por el precio que Mercadona les paga a ellas y que permite a sus cartones ser tan baratos (entre 57 y 59 céntimos, el entorno en el que se mueven todas las marcas blancas del mercado). «Y a nosotros no nos queda más remedio que decir ‘amén», relatan, aun a sabiendas de que «en la gran mayoría de los casos» con ese precio no cubren los costes de producción.

El conflicto nace durante la negociación de los contratos de leche entre Agaprol con Lactiber e Iparlat, dos de los proveedores lácteos de Mercadona y empresas que le venden casi toda su producción. Agaprol es una Organización de Productores de Leche (OPL), una figura regulada por ley que permite la negociación colectiva de contratos en nombre de sus miembros. Es decir: en lugar de que cada ganadero negocie a cuánto vende su leche,

La OPL negocia un mismo precio para todos. La idea es que la unión hace la fuerza (siempre que la OPL no negocie más del 33% de leche que se produce en España, para evitar situaciones de dominio). «La figura está bien pensada: nos reunimos muchos y negociamos mejor», explica una fuente independiente bien conocedora del sector. «Pero en la práctica funcionan con dificultad”.

Agaprol representa a unos 600 ganaderos que producen 800.000 toneladas de leche al año, el 11 por 100 de la producción nacional. En un comunicado enviado por todos los Interproveedores de leche de Mercadona (Covap, Iparlat, Naturleite, Lactia y Lactiber), estas empresas aseguran que solo trabajan con 14 ganaderos asociados a Agaprol que «apenas representan el 5 por 100 de nuestras necesidades de materia prima», si bien desde Agaprol subrayan que producen el 50 por 100 de la leche que maneja Lactiber, una de las dos empresas señaladas.

De acuerdo con Don Francisco Fernández, Director de Agaprol: «hasta ahora, Lactiber e Iparlat pagaban entre 32 y 33 céntimos por litro». El contrato termina el 30 de junio. Nos han hecho una oferta de subir algo, menos de un céntimo. Y les hemos dicho que no, porque los costes de producción han subido en el último año.

 La alimentación de las vacas supone el 60 por 100 de los costes. La soja ha pasado de 350 euros por tonelada a 500 y el maíz de unos 140 a más de 200 euros. España es deficitaria en soja y maíz, lo importamos. Ha habido sequía en los países productores, China ha aumentado la demanda y posiblemente haya habido algo de especulación, porque hay fondos que invierten en estos productos. El caso es que el aumento empezó en octubre, los precios se han consolidado y no parece que vayan a bajar”.

La propuesta de Agaprol es que Lactiber e Iparlat paguen en torno a 36 céntimos por litro para que los ganaderos puedan cubrir costes. «El precio se pacta aunque en muchos casos sea mentira que cubre los costes de producción», según el señor Fernández. «La leche es un producto muy perecedero y es complicado cambiarse de industria de un día para otro”.

Como explica una fuente independiente, «el precio de la leche se forma al revés. La distribución dice a cuánto lo quiere vender y va hacia atrás. Quitas el transporte, el envase, el IVA y lo que queda es lo que cobra el ganadero. Mercadona te puede decir: si usted no es capaz de producir más barato, aguántese. Ya me buscaré yo a alguien que pueda. El problema no son los costes, sino que la distribución quiere tener un precio extremadamente bajo».

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