Un elevado número de municipios, en riesgo de despoblación

Según ha publicado don Antonio Malqueda en el País, el Banco de España destaca en su informe anual que  3.403 municipios, el 42 por 100 del total, sufren un riesgo de despoblación. Solo Finlandia, Estonia y Letonia tienen una proporción mayor de pueblos en semejante situación. Sin embargo, esto no significa que haya que destinar recursos a este empeño sin más evaluación.

En un estudio pionero en España en esta materia, el organismo supervisor pide que la inversión siempre se realice con criterios de eficiencia y que se aprovechen las oportunidades que brindan el teletrabajo, el turismo rural o las energías alternativas.

La institución concluye que España presenta una concentración de la población muy alta si se compara con el resto de Europa, tanto en las zonas urbanas como en las rurales. Y sostiene que el país tiene un porcentaje anormalmente elevado de territorio deshabitado: si se divide en celdas de un kilómetro, tan solo el 13 por 100 están pobladas. En el resto del mapa aparece un gran blanco y no se observa nada igual en Europa hasta llegar a Laponia.

Buscando en la literatura académica, el Banco de España da una explicación que se remonta a la Reconquista: en aquella época, conforme recuperaban territorio, los cristianos contaban con poca gente y mucha frontera que cubrir, así que la estrategia consistió en diseminar a las personas en numerosas poblaciones muy pequeñas. Este fue particularmente el caso en la meseta norte, donde se iban situando las fronteras entre reinos cristianos y moros. Tal estructura se ha mantenido hasta nuestros días y son en su mayor parte las localidades que ahora padecen la despoblación.

Según describe el informe, entre los años 1950 y 1991 se produjo un éxodo rural hacia las ciudades por la pérdida de peso del sector agrario en favor de la industria y los servicios, lo que llevó la tasa de personas viviendo en ciudades desde el 59 por 100 hasta el 79 por 100. Y desde entonces ha superado ligeramente el 80 por 100 por la evolución que ha tenido el crecimiento vegetativo.

A partir del año 2011, la menor llegada de inmigrantes foráneos también ha perjudicado a estos enclaves de la España vaciada. En cualquier caso, el banco apunta que esta es una tendencia global: esas ocho de cada diez personas que viven en ciudades es la cifra habitual en los países desarrollados.

El informe del Banco de España afirma que “las provincias con mayor incidencia de municipios en riesgo de despoblación son aquellas en las que la capital de provincia presenta un menor tamaño”. En cambio, los pueblos rurales cercanos a núcleos urbanos han exhibido un mayor dinamismo a medida que los costes del transporte han caído, facilitando que se trabaje en la ciudad pero que se viva fuera.

En este contexto, el Banco de España reconoce que estos municipios tienen un peor acceso a servicios que las urbes y el resto de localidades rurales. Han de recorrer hasta 32 kilómetros de media para acceder a servicios básicos como el colegio, el ambulatorio o el polideportivo.

El Banco de España admite que hay que mantener unos niveles mínimos de servicios que aseguren el bienestar de estas poblaciones. De hecho, destaca que ya se dedican recursos públicos que ayudan a paliar estas carencias como, por ejemplo, un tercio del presupuesto de la UE. Aunque pide prudencia: “Estas políticas pueden reducir las disparidades territoriales, pero en ocasiones también pueden redundar en pérdidas de eficiencia”. Y hace más bien hincapié en aprovechar las oportunidades para estas zonas en el ocio, el teletrabajo, las ventas por internet, las energías renovables o la economía de los cuidados. A fin de fomentar estas actividades resulta esencial dotarlas de banda ancha, recalca. Sobre todo ahora que la pandemia ha acelerado cambios de ubicación geográfica por la digitalización y el teletrabajo.

El informe también recuerda las ventajas de unas grandes urbes donde los trabajadores cualificados obtienen mayor formación y, por tanto, mejores salarios. Por el contrario, una vez se descuenta el coste más elevado de vivir en un municipio grande, los trabajadores poco formados no perciben más salario. Y eso quizás explica que en los últimos años, entre los años 2005 y 2018, las ciudades más grandes hayan perdido mano de obra poco cualificada.

A la hora de abordar la despoblación, el Banco de España recomienda que se examinen las experiencias de éxito de otros países como Japón, Escocia o Italia. En el caso de las Tierras Altas escocesas, se consiguió retener al talento joven adaptando la oferta educativa a las necesidades del tejido empresarial y promocionando el emprendimiento a escala local, en parte con empresas del ámbito de la economía social.

En Japón se ha seguido la estrategia de “compactar y conectar”, que consiste en la agrupación y reducción del número de municipios. El número de los mismos pasó de 3.200 a 1.700 entre los años 2000 y 2013, con el objetivo de aprovechar las oportunidades de cada grupo de localidades en torno a un núcleo central con capacidad tractora y un especial énfasis en la retención de la población joven, en línea con la experiencia escocesa. En Italia existe la Agencia per la Coesione Territoriale, que coordina y diseña los proyectos con fondos estructurales para el desarrollo local y la provisión de servicios en zonas rurales.

Por último, el Banco de España afirma que en este ámbito debe hacerse una política planificada, con consenso y una apropiada evaluación ex ante y ex post de las medidas teniendo en cuenta su eficiencia. En su opinión, es fundamental la colaboración entre los municipios para brindar de manera conjunta los servicios.

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