¿Qué modelo de ganadería queremos en la UE?

Don César Lumbreras ha publicado en su Boletín de Agropopular esta reflexión, que, por  su interés, nos permitimos reproducir en nuestra Tribuna.

Dice así: El comisario de Agricultura se ha despachado en los últimos días con una serie de tuits en los que ha multiplicado sus críticas contra lo que llama la intensificación de la actividad agraria, especialmente de la ganadera y más en concreto del porcino. El polaco siempre ha sido partidario de apoyar las explotaciones familiares pequeñas y medianas, frente a la ganadería industrial. Evidentemente estas críticas no han caído en saco roto y han provocado la polémica correspondiente. Por si lo anterior no fuese suficiente, la principal organización agraria checa ha abandonado el COPA-COGECA porque sus dirigentes han considerado que no apoyan suficientemente a las explotaciones familiares.

Los hechos anteriores son dos pruebas evidentes de la polémica existente en la UE y también en España sobre los modelos de ganadería: el intensivo y el extensivo, el de las macrogranjas y el de las pequeñas y medianas explotaciones familiares. Cada uno de ellos tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Si se pretende ser competitivos en los mercados internacionales, está claro que no queda más remedio que reducir costes y avanzar hacia al modelo de las explotaciones intensivas; pero eso echa del mercado a ganaderos propietarios de las pequeñas y medianas explotaciones y, además, puede provocar problemas de carácter medioambiental, entre otros.

Por otro lado, si hay una actividad ligada al terreno y al medio rural esa es la ganadería extensiva formada por granjas de tamaño medio y pequeño, con los ganaderos viviendo en nuestros pueblos y aprovechando los recursos naturales del territorio; su problema es que difícilmente son rentables y no pueden competir con las grandes e intensivas sin las ayudas de la PAC y las de los Estados miembros.

¿Pueden coexistir ambos sistemas de producción ganadera?

Deberían, por esto hay que intentarlo. La nueva PAC tendría que servir para ello. Y las medidas que se adopten, si es que llegan alguna vez, para luchar contra la despoblación también deberían ir en ese camino, porque si hay una actividad que fija la población en el medio rural esa es la ganadera, la pecuaria como se decía antes. Además de las ayudas económicas a las explotaciones familiares, como desde la que transmitimos hoy, también necesitan otro tipo de apoyo, según nos plantean sus titulares: una menor carga burocrática y reducir las trabas de todo tipo que se encuentran en su camino. Aprovechando que hoy es el Día del Trabajo, toca pedir que la UE, el Gobierno Central y los autonómicos se pongan manos a la obra y definan qué modelo de ganadería queremos en la UE.

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