La importancia exportadora del sector porcino de capa blanca en el sistema agroalimentario español

De acuerdo con los últimos datos oficiales consolidados y publicados (Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, MAPA, e INTERPORC) el sector pecuario del porcino intensivo (porcino de capa blanca) cerró el año 2020, un año muy marcado, en todos los sentidos, por la pandemia generada por la COVID – 19, con una dimensión del capital geográfico cifrado en más de 68.000 explotaciones y un censo superior a los 29 millones de cabezas (el mayor de la Unión Europea, U.E., y el cuarto a nivel mundial).

El total de animales sacrificados, correspondientes a este sector y en el año de referencia, 2020, ascendió a 56,5 millones de cabezas (situándonos en primer lugar en el ámbito de le U.E.) y la producción superó los 5 millones de toneladas lo que sitúo, en este ítem, a nuestro país, en el ámbito de la Unión Europea (U.E.), en segundo lugar, detrás de Alemania (y en cuatro lugar a nivel mundial).

A nivel económico la Producción Final Porcina (PFP) fue de 8.650 millones de euros lo que supuso el 42,6 por 100 de la Producción Final Ganadera (PFG) y el 16,32 por 100 de la Producción Final Agraria (PFA).

Pero, tal vez, donde la relevancia de este sector se hace más evidente es en lo que atañe al comercio exterior. En el referido año 2020, un año, insisto, tremendamente complicado en todos los sentidos, el saldo comercial exterior creció de manera muy importante.

Las importaciones se situaron a un nivel similar a las del año 2019 (unos 227.000 toneladas y cerca de los 436 millones de euros) mientras que las exportaciones se elevaron a los casi 3 millones de toneladas (unas 500.000 toneladas más que en el año 2019) por un valor de unos 7.630 millones de euros (un incremento de más de 1.350 millones de euros respecto del año 2019).

En estas exportaciones las carnes frescas, refrigeradas y congelados supusieron casi el 72 por 100 en volumen y el 74 por 100 en valor, mientras que las exportaciones de productos elaborados supusieron del orden del 6,6 por 100 en volumen y casi el 15 por 100 en valor. La relación de estas cifras, como tantas veces lo he puesto de manifiesto, constituye uno de loa talones de Aquiles de nuestro sector del porcino de capa blanca, aunque, año tras año, la misma va mejorando.

Las cifras globales expuestos posicionaron al sector porcino de capa blanca español como el primer exportador comunitario y el segundo exportador mundial de porcino y, paralelamente, como el segundo mayor sector exportador del sistema agroalimentario español, detrás del sector de las frutas (tradicionalmente el más importante), pero superando, por primera vez, al sector de las hortalizas y de las legumbres.

De las referidas exportaciones porcinas españolas un 60 por 100 aproximadamente tuvieron como destino los mercados de Países Terceros (un 25 por 100 más que en el año 2019), en razón del importante incremento de las exportaciones a China (1,39 millones de toneladas; un 47 por 100 del total de las exportaciones españolas de porcino).

Este importante incremento de nuestras exportaciones permitió asumir el creciente incremento ya mencionado de la producción indígena, estructuralmente altamente competitiva y muy excedentaria (autoabastecimientos cercano al 200 por 100).

Paralelamente, en el año 2020 y en razón de los efectos colaterales causados por la COVID – 19, empezando por los confinamientos, el consumo total de carnes y elaborados del porcino, en nuestro mercado interior,  ascendió a 1.1 millones de toneladas (un 7,5 por 100 más que en el año 2019 si bien su valor se incrementó en casi un 14 por 100).

Los datos referidos en esta breve nota ponen muy bien de manifestó la enorme importancia cuantitativa y cualitativa,  que tiene el sector del porcino de capa blanca en los contextos de nuestra ganadería y de nuestro sector agrario y también, claro está, de nuestra economía.

Precisamente, por estas innegables importancias va a ser fundamental que el sector se dote de la resiliencia adecuada para poder seguir, durante los próximos meses, medrando exitosamente en este entorno VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo), que, en razón de las mencionadas circunstancias, nos acompaña y nos va a seguir acompañando todavía durante un tiempo.

Carlos Buxadé Carbó.

Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito.
Universidad Politécnica de Madrid

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