La ganadería y el señor Pedro Sánchez
Deseo hacer mención, iniciando esta nota, al hecho de que no era, en absoluto, mi intención abordar esta cuestión, porque, a lo largo de mi dilatada vida profesional, creo que ya me he metido en suficientes “charcos”. Ello, realmente, en nada me ha beneficiado (excepto, obviamente, en su contribución a mantener el respeto hacia mí mismo).
No obstante, en estos últimos días, he recibido nada menos que 47 correos y WhatsApp instándome a hacerlo y en 5 de ellos (seguro que de personas que no me conocen demasiado bien) se afirmaba, para resumirlo, que no me atrevería; ergo, no me queda más remedio que abordarlo.
Pues bien, creo sinceramente que nuestro Presidente ha estado en esta oportunidad, como mínimo, sumamente desafortunado al referirse, en la presentación de “la estrategia España 2050”, de forma tan negativa a nuestro sector ganadero.
La actividad pecuaria española, ejemplo de economía circular, conforma un sector estratégicamente muy importante, compuesto por cerca de 200.000 ganaderos, que aporta anualmente a nuestra economía más de 18.500 millones de euros y que genera más de 500.000 puestos de trabajo, cumpliendo, además, como así lo ha reconocido el propio Ejecutivo, una labor fundamental a la hora de proporcionar alimentos seguros y sanos a nuestra sociedad.
Tengo la sensación de que, lamentablemente, tanto el señor Sánchez como sus asesores más inmediatos saben muy poco del sector pecuario y, lo que es peor, no se han molestado en estudiarlo (por lo que, en mi opinión, se encuentran, lamentablemente, también aquí, inmersos en el pantano de la ignorancia). Estas suposiciones mías, unidas al aparente alineamiento del señor Presidente con algunas de las teorías del señor Bill Gates (que, naturalmente, defiende a ultranza sus inversiones), le han llevado a verter, contra el sector pecuario, una retahíla de acusaciones tan duras como injustas.
Para empezar, el señor Sánchez no debería ignorar, a estas alturas, que la actividad pecuaria no es, ni muchísimo menos, como lo he expuesto decenas de veces, la principal responsable del cambio climático (lo cual pudo muy bien constatar nuestra sociedad cuando nos confinaron). Es más, según el inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero (GEI), nuestra ganadería contribuye con solo aproximadamente un 7 – 8 por 100 a la generación de los mismos; el transporte lo hace con un 27 por 100; la industria con un 20 por100, la generación de energía eléctrica con casi un 18 por 100; el consumo de combustibles con más de un 8 por 100, etc. etc.
Por otra parte, las recomendaciones del señor Presidente a nuestra sociedad de restringir el consumo de carne chocan frontalmente con los indicadores internacionales que, como indica, por ejemplo, COAG, “reflejan que el patrón de dieta y el estilo de vida de nuestro país, son de los más adecuados del Mundo”.
Pero, tal vez, lo más desafortunado de esta historia sea, al menos hasta el momento, el silencio del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), cuando una de sus obligaciones fundamentales, entiendo, es la de defender con datos oficiales que posee, la imagen y el buen hacer de nuestro sector pecuario (parece, una vez más, que en el MAPA tienen muy presente aquella frase atribuida al histórico político y líder sindical, don Fidel Velázquez Sánchez, aquél que formó parte del grupo “los siete lobitos” y que dice “el que se mueve, no saldrá en la foto”).
En definitiva, sería muy de desear que el señor Presidente reflexionara serenamente acerca de sus afirmaciones, en lo que al sector pecuario se refiere, y aplicándose aquel viejo adagio que dice “de sabios es rectificar”, actuara en consecuencia; pero, mucho me temo que sus formas de ser y actuar, se lo impedirá.
¡Ojalá, esté yo muy equivocado!
Carlos Buxadé Carbó.
Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito.
Universidad Politécnica de Madrid
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