La cooperativa CLUN comercializa la primera leche con cero emisiones de CO2

La cooperativa CLUN (Cooperativas Lácteas Unidas) a través de la leche ÚNICLA se convierte en este año en ser la primera en comercializar una  leche entera con cero emisiones de CO2. La misma llega a los consumidores a través de sus envases incorporando el sello Únicla Cero Emisiones y la mención a la compensación del 100 por 100 de las mencionadas cero emisiones restaurando bosques quemados de Galicia.

Con esta finalidad la mencionada cooperativa formalizó con la Fundación ARUME, en diciembre del pasado año, la primera alianza para la restauración ambiental de los montes gallegos. «Se trata, por tanto, de la primera alianza de carácter privado entre el sector forestal y el agroganadero para la restauración ambiental de los montes gallegos afectados por incendios a través de la plantación de especies autóctonas«, según ha informado la propia cooperativa Clun.

Para poder hacer realidad su plan de cero emisiones desde el propio origen, ÚNICLA viene trabajando en la compensación de la huella de carbono comprometiéndose con la asociación forestal ARUME para replantar bosques españoles quemados en los incendios del año 2017. La alianza con la Fundación ARUME es una alianza histórica entre el sector agroganadero y forestal. Desde Únicla se ha colaborado en la restauración de más de 90 hectáreas de bosque en Galicia, concretamente en el municipio de Caldas de Reis, con más de 100.000 árboles de especie autóctona.

La mencionada leche Únicla mantiene una apuesta decidida por la sostenibilidad, no solo en la leche, sino también en el envase que la transporta y por ello, y en colaboración con Elopak, utiliza un envase Carbón Neutral que al igual que la leche tiene compensada a 0 todas las emisiones que se producen en su elaboración.

Además, como novedad en este lanzamiento, «el envase incorpora un nuevo sistema de cierre con tapón hecho a partir de residuos forestales«, informan desde la cooperativa. Todo el plástico que se utiliza es de origen vegetal, pero además de una fuente sostenible. En este caso conseguido a través de convertir parte del residuo de la madera de pino del norte de Europa en un material sostenible.

Se trata, por tanto, aseguran desde Clun, «de una leche en la que las emisiones de CO2, tanto su contenido como su continente está compensado a 0. Es un producto 100 por 100 sostenible, medioambientalmente responsable y renovable».

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