Nuevas coordenadas en el mundo pecuario

Como se lo intentaba explicar el viernes pasado a unos potenciales altos directivos, que cursan conmigo, en el seno de un MBA, una parte de la disciplina de “la inteligencia emocional y la alta dirección”, no es fácil comprender primero y asumir después, que las principales coordenadas definitorias del presente “mundo pecuario” pero, sobre todo, de su futuro a corto plazo del mismo, están cambiando de una manera altamente significativa y rápida.

Es cierto que las mencionadas coordenadas proceden, en gran medida, hablando siempre en términos generales, de los condicionantes sociales de naturaleza eminentemente emocional (especialmente en el I Mundo y, en él, en la Unión Europea, aunque ya empiezan a florecer las mismas también en otras regiones del Mundo).

Ellas imponen finalmente a la producción pecuaria, vía exigencias de la demanda de las sociedades implicadas, unos nuevos sistemas productivos y unas técnicas aplicativas ad hoc.

Y es en este complejo marco donde la inteligencia emocional adquiere un protagonismo destacado y creciente. La misma debe ser entendida aquí como la capacidad de procesamiento de los mencionados condicionantes, generadores de una información emocional, que nos da la oportunidad de adaptar nuestras conductas, actuaciones, y procesos mentales, a unas nuevas y determinadas situaciones contextuales.

Si quisiera abordar estos condicionantes desde el último eslabón de la cadena, el consumidor (comprador o cliente), podría empezar, por ejemplo, considerando los posicionamientos emocionales, respecto de los productos de naturaleza pecuaria, de los veganos, de los vegetarianos, más o menos estrictos y/o de los defensores del flexitarianismo.

No obstante, hoy, no voy por este camino. Hoy, quiero tratar someramente, el condicionante generado por la significativa irrupción, en el eslabón de la distribución, de la basada en la compra on – line de alimentos. La misma, de la mano del miedo generado por la COVID – 19,  está llevando este tipo de compra en España a acercarse al 4 por 100 del total. Esta realidad ha propiciado la irrupción, por ejemplo, de la empresa Amazon Fresh, que constituye una nueva apuesta de Amazon.

Se trata de una coordenada basada en la distribución de alimentos frescos y congelados, en el mismo día donde surgió la demanda, en unas franjas de dos horas. Se trata de un servicio, para los denominados “Clientes Premium”, fundamentado en las profundidad, calidad y diferenciación de la gama (aspectos claves), en la entrega rápida a domicilio, en unos precios realmente muy competitivos y en  un transporte gratuito (y no hay que olvidar aquí que Amazon cuenta ya con una red logística muy amplia, altamente eficiente, y fiable y, desde luego, rápida).

Bajo estas premisas auguro al desarrollo de este tipo de compra, por una parte, un relevante protagonismo en un futuro a corto – medio plazo y, por otra, consecuentemente, una significativa influencia en muchos los eslabones de la cadena, incluido el de la propia producción ganadera.

En efecto, esta nueva coordenada ofrece, en principio, un canal de venta alternativo a los productores (especialmente a los de tamaño pequeño y medio), hasta ahora muy dependientes de los estrechos márgenes que les permite el canal de la gran distribución, generando, paralelamente, una mayor consideración real del coste de las producciones y, por ende, del precio de adquisición de las mismas, rompiendo, además, el  oligopolio de los grandes operadores de la distribución minorista alimentaria.

Consecuentemente, todo ello puede significar, en una primera instancia, la eliminación de los márgenes de la gran distribución lo que puede conllevar automáticamente la posibilidad de ofrecer mejores márgenes al primer eslabón de la cadena, sin menoscabo de la competitividad en los precios. Paralelamente puede ofrecer oportunidades a otros eslabones de la cadena y también una mayor visibilidad, en el ámbito de la mercadotécnica y del mercadeo, para todos los actores implicados.

En definitiva, entiendo que lo expuesto puede servir de paradigma a la hora de considerar, como reza el título de mi nota, las nuevas coordenadas en el ámbito del “mundo pecuario” de este primer cuarto del presente siglo XXI.

Carlos Buxadé Carbó.

Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito.
Universidad Politécnica de Madrid
Universidad Alfonso X el Sabio

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