El Gobierno pretende aumentar en un 18 por 100 las manadas de lobos en contra de la opinión de los ganaderos
Según se ha publicado hace una semana en “Verde y Azul.es”, el Gobierno de la Nación quiere que las poblaciones de lobo ibérico aumenten un 18 por 100 y pasen de 297 a 350 manadas en España para el año 2030. También quiere que el área de la distribución de la especie se expanda entre un 10 y un 20 por ciento. Una de las primeras medidas para conseguirlo es, como es conocido, dejar de considerarlo especie cinegética también al norte del Duero, donde hasta la fecha está permitida su caza.
Así consta en el criticado borrador referido a “la Estrategia para la Conservación y Gestión del Lobo en España” que el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico está elaborando junto con las comunidades autónomas y que ha dado a conocer Europa Press.
En el borrador, se hace la apuesta por asegurar su expansión hacia el Este Peninsular y especialmente en el sistema Ibérico; también hacia otros territorios donde la potencial conflictividad con los usos ganaderos sea escasa y exista hábitat suficiente y adecuado. En este contexto identifica a Sierra Morena (donde la especie se ha extinguido) como uno de esos lugares de «poca conflictividad».
En el texto (que está en discusión con las comunidades autónomas), el Gobierno considera que una de las causas de su extinción es “aparentemente” la caza mayor en fincas cinegéticas privadas del sur de España.
En ese sentido, se hace mención a que que algunos empresarios cinegéticos se quejan de los lobos porque mueven las reses objeto de caza, lo que provoca un resultado de las cacerías impredecible. Este hecho puede generar lógicamente elevados perjuicios económicos al negocio de la caza. En un tipo de caza tan dependiente del manejo humano, la presencia de lobos puede resultar difícilmente compatible, admite el propio borrador que, como solución cree que habría que «ajustar el sistema de caza vigente en la actualidad». Se trata de evitar conflictos a través de una mejora de la coexistencia; implantando sistemas de protección de ganado de manera generalizada y con fondos públicos. Al mismo tiempo, pretende vincular las medidas de desarrollo rural y buenas prácticas agrarias para aplicar sistemas de prevención de daños.
Para compensar las pérdidas de ganado por la depredación del lobo, el borrador quiere que se establezcan sistemas de peritación homogéneos y pagos ágiles y justos a los afectados, siempre que hayan puesto en marcha medidas preventivas. Para ello, se pondrá en marcha un registro nacional de daños para fijar unas directrices comunes de control de ejemplares en casos reiterados de depredación en explotaciones con medidas de prevención.
Así, con el fin de evitar una pérdida de la capacidad productiva de los ganaderos se pretende promover un «pago adicional agroambiental» en la Política Agraria Comunitaria (PAC) que puede suponer un incremento de alrededor del 30 por ciento del pago de la explotación.
De acuerdo con estos objetivos marcados, el borrador plantea como líneas prioritarias de actuación la «homogeneización del estatus de protección legal del lobo a nivel nacional» para establecer un «régimen legal coherente» con el estado de conservación de la especie en los distintos territorios.
Es en ese punto de la estrategia donde justifica la inclusión «de todas las poblaciones de lobo» en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial de acuerdo con el dictamen del Comité Científico, que así lo recomienda por su “importancia como patrimonio cultural, científico así como los servicios ambientales que produce la presencia de este carnívoro en los ecosistemas naturales”.
Otras de las acciones propuestas pasan por adecuar infraestructuras, como autovías o trenes de alta velocidad para evitar el efecto barrera que limita el intercambio de ejemplares; la creación de “bosques-isla” en las zonas agrícolas que sirvan al lobo de área de refugio y reproducción; se evaluará y planificará las transformaciones de hábitat que producen las infraestructuras energéticas como parques eólicos y plantas fotovoltaicas dada su actual proliferación.
Del mismo modo, se establecerán manadas en las áreas actuales de distribución periférica, especialmente en su flanco oriental y central para favorecer la expansión hacia el Sistema Ibérico y se buscará generar flujos continuos entre la Península y el resto de Europa para evitar el aislamiento genético.
Para que los lobos tengan carroña suficiente, se incentivará el abandono de cadáveres de ganado en régimen extensivo. Otro de los problemas detectados es la hibridación de lobo con perros, por lo que el texto de la Estrategia recomienda capturarlos y retirarlos igual que a las manadas mixtas, de perros asilvestrados y lobos.
Finalmente, propone intensificar la persecución de métodos ilegales de persecución y muerte de ejemplares, para lo que marcarán lobos con emisores GPS para conocer con más detalle su mortalidad no natural, los puntos negros de atropello, envenenamiento, caza o trampeo ilegal.
Por otra parte, como ya se ha expuesto reiteradamente en este mismo boletín el sector ganadero español ha mostrado su rechazo a la intención del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de proteger al lobo para que deje de ser especie cinegética, una decisión que ven como “una declaración de guerra” que, aseguran, no quedará sin respuesta.
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