Cómo ve Irlanda el futuro de la carne de vacuno

 

 

La actualidad nos está demostrando, más que nunca,  que es muy difícil predecir el futuro.  Sin duda nos hemos dado cuenta, por las malas, de que hay muchos factores fuera de nuestro control, que pueden afectarlo…

Basándonos en los datos que conocemos y partiendo de la base de que no se produzca en el futuro nada demasiado inesperado, creo que todas las tendencias apuntan a una menor demanda y a una baja en el consumo de carne de vacuno en los mercados del primer mundo (en ellos se comerá menos carne pero los consumidores querrán tener una experiencia satisfactoria cuando lo hagan,  amén de unas mayores exigencias y garantías). Paralelamente creemos que habrá un crecimiento del mencionado consumo en Asia, África y Oriente Medio.

Y no debe minusvalorarse aquí el hecho de que la COVID-19 impactará, está impactando ya, en esta demanda y en su evolución, que dependerá de los resultados de la vacuna, del acceso a ella en muchos países y de la recuperación de la economía.

Los consumidores consideran la carne de vacuno como cara.  Yo creo que es un error. En mi caso, en casa, el día que comemos pollo, gasto más que el día que comemos vacuno.   El precio por kg es menor, pero tengo que comprar el doble de cantidad. También gasto más el día que comemos pescado, aunque sea congelado.

En el momento actual, un gran porcentaje de consumidores no nos sentimos seguros en cuanto a nuestros ingresos, los cuales, en un gran número de casos, se han visto reducidos o, incluso, eliminados. Por ello, nos vemos obligados a ajustar el gasto a lo que consideramos más esencial y básico.

Con este contexto de partida, la Unión Europea (U.E. – 27) estima, a nivel mundial y para el periodo 2020 – 2030, un crecimiento medio anual del consumo de carne del 1,1 por 100.  Pero, en el caso concreto de la Unión Europea pronostica, para el periodo mencionado, una caída anual del consumo per cápita de un 1,6 por 100, debido en parte a la reducción del censo ganadero por motivos de sostenibilidad.

En concreto, la producción de  vacuno se prevé pueda caer, entre los años 2020 y 2030, un 8 por 100 (600,000 t) con una reducción del censo, para el año 2030, del orden de 2,2 millones de cabezas (-7 por 100). Esta reducción afectará especialmente a la cabaña de vacas nodrizas en razón de su falta de rentabilidad y competitividad vs grandes productores como, por ejemplo, Brasil, EE.UU. o Argentina.

Las caídas en la oferta podrían conllevar una ligera subida de los precios lo que tampoco ayudaría a incrementar el consumo.  En la Unión Europea se espera una caída, en lo que se refiere al consumo de carne de vacuno, del orden de un 10 por 100, lo que equivale a un 1 kg por persona/año (lo que significaría un consumo de 9,7 kg/persona/año en el año 2030).

Otros factores que sabemos que están impactando en el sector y que podrían ir a más son, entre otros, los siguientes:

  • Acuerdos comerciales/ homogeneización de estándares.
  • Medidas proteccionistas….
  • Cambio climático – Escasez de agua – Huella de carbono en producción y transporte.
  • Lobbies animalistas.
  • Miedo al mal uso de antibióticos.
  • Dieta: reducción de grasas animales.
  • Nuevas fuentes de proteínas: insectos.
  • Nuevas formas de compra: comercio electrónico: la carne es un producto que gusta ver y elegir.
  • Sustitutos vegetales con aspectos de carne.
  • Carne generada en base laboratorial.

Para no mencionar aquí las alarmas alimentarias o las crisis en la salud animal, que puedan cambiar por completo el panorama internacional, como está siendo el caso de la Peste Porcina Africana en China y en Oriente.

Por otra parte, en lo que se refiere a las nombradas mayores exigencias, deben considerarse, como mínimo, las siguientes:

  • Sostenibilidad: Control emisiones, uso del agua, retirada de estiércol, biodiversidad.
  • Bienestar Animal.
  • Trazabilidad.
  • Control y garantías uso de antibióticos.

A partir de las consideraciones y reflexiones expuestas trataré, en un próximo artículo, lo que entiende Irlanda por las demandas en la calidad en los productos del ganado vacuno, por parte del nuevo consumidor, del consumidor nacido de las actuales circunstancias.

Cecilia Ruíz Lafuente

Directora para España, Portugal de LATAM Bord Bia

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