Caperucita roja
Resultado de la “visita” del lobo en la granja de Villalonso
Desconozco el sentimiento que hubo en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, cuando, casi al mismo tiempo en que se planteaba la inclusión del lobo en el listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, supieron de un ataque de lobos en el pueblo de Villalonso, en la granja de ovino perteneciente a los hermanos Marcos
Me imagino que la señora Ministra se enteró de que los lobos produjeron la muerte de 59 ovejas, pero ¿sabe que Villalonso es un pueblo que está a 66 km de Valladolid, y que no es un enclave perdido en la sierra, ni una zona lobera?
Permítaseme, en el ámbito que nos ocupa, formular una serie de preguntas a los responsables ministeriales del mencionado planteamiento:
¿Saben en el Ministerio para La Transición Ecológica y El Reto Demográfico que, cuando los lobos entran en una granja, las muertes no son más que una parte del problema y que son mucho más importantes las pérdidas por abortos que se producen en cascada y el estrés generado en estos animales atacados, que permanece durante largo tiempo, originando una muy significativa disminución de la producción láctea y de la tasa de fecundidad?
¿Saben que si la explotación no tiene un seguro específico contra ataques por los lobos no cobra por los destrozos originados y que, aun teniéndole, las pérdidas reales son más de cinco veces superior a lo que abona el seguro?
¿Saben lo que tardan los ganaderos en recibir el importe del seguro y que la póliza del seguro, la subirán para el siguiente año por dar un parte?
¿Saben cómo se han sentido estos cuatro hermanos, dueños de la granja referida, cuando al llegar a la granja antes del amanecer, se encontraron con esta matanza y que, cuando ya bien de noche, se fueron a casa, seguían con el miedo en el cuerpo? ¿Cuánto vale este sufrimiento humano?
¿Saben que cada vez es más frecuente ver, en muchas zonas de Zamora, lobos a plena luz del día y que lo mismo sucede en otras provincias del noroeste peninsular?
¿Saben que la ganadería es la actividad económica que más población fija en el medio rural, y que lo que pomposamente se recoge como Reto Demográfico, es imposible de darle solución, si no se mantienen las ganaderías en los pueblos?
¿Saben que le va a ser difícil la mejora ecológica con los pueblos despoblados y sin ganadería extensiva que pueda mantener el ecosistema?
¿Saben que los ganaderos son los principales interesados en la protección de sus animales y en su bienestar y que con decisiones legislativas como ésta, se sienten completamente desprotegidos y abandonados a su suerte por dirigentes “urbanitas” que no conocen ni lo más básico del trabajo diario en estas ganaderías?
¿Saben que para mantener el ecosistema y la biodiversidad hoy es más necesario que nunca mantener el número de ganaderos, que cada vez son menos?
En las comarcas que ocupa y coloniza, el lobo, las razas autóctonas están en vías de desaparición.
Que se multipliquen las organizaciones ecologistas, no significa que el lobo esté en peligro de extinción, más bien al contrario, existen datos objetivos que sostienen que, en el noroeste peninsular, la población del lobo se ha multiplicado por ocho en los últimos años.
Responsables en el citado Ministerio ¿quién va a pagar todos los imprescindibles cerramientos adecuados, todos los mastines necesarios y cuando, aún así, se produzcan los ataques de los lobos, quién va a sufragar todo el daño causado? o ¿van ustedes a obligar a los ganaderos a tener que acudir a los Tribunales para que les reconozcan sus derechos y se les resarza de los daños producidos por las malas decisiones tomadas por la Administración?
¿De qué sirve todo el trabajo que se está haciendo en lo referido al Bienestar Animal en las explotaciones de ovejas, cuando se quiere permitir que el lobo lo destruya?
A Caperucita Roja la engañó el lobo. No se dejen engañar ustedes y no adopten decisiones que lo que único que van a conseguir es contribuir a la generación de una España más vacía y sin futuro para nuestros ganaderos.
Francisco Martínez Sanmiguel
Veterinario especialista en ovino y abogado
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