Puntos clave del acuerdo entre la Unión Europea y el Reino Unido

Finalmente, la Unión Europea (la U.E. – 27) y Reino Unido llegaron en Bruselas a un acuerdo sobre las condiciones de su relación futura para evitar un Brexit duro a partir  del 31 de diciembre del pasado 2020, que es cuando el Reino Unido (RU) ha dejado voluntariamente de ser parte de la Unión Europea. Importante señalar que se considera este pacto como de competencia exclusiva de la Unión Europea, con pocos elementos de competencia nacional, lo que, sin duda, agilizará su ratificación porque no tendrá que ser ratificado por cada uno de los 27 parlamentos nacionales y será suficiente el visto bueno del Parlamento Europeo (PE).

El pacto ha resultado ser menos ambicioso de lo que la Unión Europea aspiraba, pero lo cierto es que permitirá una relación comercial sin cuotas ni tarifas a condición de que Londres asuma reglas igualitarias en materia de competencia y de otras salvaguardas.  Así, el mismo no se establece aranceles ni cuotas entre ambas partes para todas las mercancías. Esto es especialmente importante para bienes «sensibles», como es el caso, tantas veces mencionado en nuestro boletín, de los productos agrícolas o de los pesqueros.

Precisamente la pesca, fue un asunto clave durante la negociación, y, como es bien sabido, se convirtió en uno de los mayores escollos para lograr un acuerdo. Durante un periodo de transición de cinco años y medio, hasta junio de 2026, la Unión Europea transferirá un 25 por ciento del valor global de las capturas y posteriormente las partes pasarán a fijar las posibilidades de pesca en negociaciones anuales

Por su parte, los bienes tendrán que cumplir con las «reglas de origen», que tienen el objetivo de impedir que los productos de Países Terceros, que no tienen acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, entren a la Unión Europea a través de Reino Unido para evitar aranceles y cuotas.

El acuerdo también posibilita la simplificación de los procedimientos aduaneros aunque, como el  Reino Unido ha abandonado la Unión Aduanera, los controles se aplicarán a todos los bienes comercializados.

En cuanto a los servicios financieros el acuerdo firmado no cubre este capítulo por lo que la City de Londres pierde el pasaporte que le permite operar en toda la Unión Europea con un acceso privilegiado.

El mencionado acuerdo entre la Unión Europea y el  Reino Unido también asegurará la continuidad de la conectividad aérea, vial y marítima.  En materia aérea, las aerolíneas británicas dejarán de poder operar vuelos comerciales dentro del espacio aéreo de la Unión Europea aunque sí podrán mantener las rutas que unan Reino Unido con destinos en la U.E. – 27. El pacto incluye así mismo disposiciones para garantizar que la competencia entre los operadores de ambas partes asegure «altos niveles» de seguridad en el transporte, los derechos de los trabajadores y los pasajeros y la protección al medio ambiente.

En lo que atañe a los desplazamientos de las personas, será competencia del Reino Unido determinar si los ciudadanos de la Unión Europea que vayan a visitar el país para estancias cortas tendrán que conseguir un visado. Los viajeros de corta duración procedentes de Reino Unido podrán visitar a los Estados de la Unión Europea durante 90 días en cualquier período de 180, según el Gobierno británico. Los turistas seguirán estando cubiertos por un plan de atención médica mutua en caso de emergencia.

En lo que atañe a las subvenciones, tanto la U.E. – 27 como el Reino Unido  mantendrán con independencia sus normas, pero si una de las partes considera que estas distorsionan o son perjudiciales para sus propias industrias, puede impugnar estas medidas ante un mecanismo de arbitraje independiente, con la posibilidad de que se imponga una compensación.

Un tema especialmente espinoso era el de Irlanda, que continua siendo miembro de la Unión Europea. Con el fin de evitar una frontera dura con ella, Irlanda del Norte se mantendrá alineada con muchas normas de la Unión Europea una vez ya no está en el Mercado único de la Unión Europea (lo que, sin duda alguna, genera una situación compleja, pero favorable a Irlanda del Norte).

De lo que no cabe duda es que desde el pasado 1 de enero la Unión Europea ha abierto un nuevo capítulo en su devenir y habrá que esperar unos meses para ver cómo la afecta realmente la retirada del Reino Unido (que, dicho sea de paso, nunca estuvo, emocionalmente hablando, totalmente integrada en la U.E.).

 

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