Comunicación y proteína animal; un tema complejo

Ya sé que este tema lo he abordado, con mayor o menor intensidad, en  otras ocasiones en alguna de mis actividades profesionales, tanto en este Boletín de ÁGORA TOP GAN como en mis clases y conferencias.

No obstante, vuelvo a él en razón de que lo desarrollé, una vez más, la semana pasada en una de mis charlas dirigida, en esta ocasión, a personas con responsabilidades empresariales y quedé bastante decepcionado al constatar la poca importancia, que en general se da, probablemente por una sobre – exposición informativa, a las características cualitativas de la comunicación profesional en el “mundo de la proteína animal”.

Desde mi perspectiva, la mencionada comunicación, tanto la oral como la escrita, está muchas veces contaminada por alguna o algunas, de estas cuatro fuentes: la carencia de una verdadera exposición informativa, la utilización de “falsas noticias” (fake news), la recurrencia a posverdades y la ignorancia del comunicador. La verdad  es que no sé cuál de las cuatro es más dañina.

La exposición informativa tiene como finalidad informar acerca de un tema, en este caso relacionado con la proteína animal, de una forma objetiva, profunda y rigurosa, con un desarrollo argumental ad hoc, que exponga y aclare conceptos. Lamentablemente, en nuestra sociedad dónde la información súper – abunda la misma, masificada, busca, en no pocas oportunidades, su rentabilidad económica, en base al amarillismo y no, su finalidad informativa objetiva.

Las noticias falsas o bulos (conocidas también con el extranjerismo, en este caso el anglicismo, “fake news”) se caracterizan por tener un contenido pseudo – periodístico. Suele contar con una amplia difusión a través de las redes sociales y también a través de los medios.  Su objetivo es desinformar (ejemplo: el consumo de carne roja genera cáncer). Según el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), del orden del 30 por 100 de las noticas que circulan por Internet y se refieren al sector de la alimentación son bulos (probablemente, cuando estas noticias están relacionadas con los alimentos basados en la proteína animal el porcentaje de bulos sea notablemente más elevado).

Las posverdades son mentiras emotivas; son un neologismo (entendido como una nueva expresión idiomática que se crea). Su finalidad es distorsionar deliberadamente la realidad, minusvalorando o ignorando los hechos o los datos objetivos, apelando a las emociones y/o a las creencias personales (las nuevas dietas veganas son adecuadas nutricionalmente y son altamente beneficiosas en la prevención de enfermedades,).

Las posverdades, al igual que los bulos, especialmente cuando son utilizadas por los poderes públicos y/o los poderes fácticos, tienen la finalidad primera de modelar la opinión pública e influir en las actitudes de la propia sociedad.

La ignorancia, entendida como una falta de conocimientos en razón de una carencia de instrucción o formación, “adorna” actualmente a muchos “comunicadores” (que se han multiplicado en los últimos años, como las setas en un otoño lluvioso y templado). Ello aumenta exponencialmente una pseudo – información caracterizada por la carencia de exposición informativa y la elevada presencia de bulos y de posverdades.

Todo ello lleva, lamentablemente, a que una sociedad cada vez más gregaria e insensata, acepte con toda naturalidad esta pseudo – comunicación caracterizada, insisto, por una falta de nivel intelectual, de rigurosidad y de objetividad. Ello desemboca como muy bien lo ha manifestado la periodista Carme Chaparro al afirmar que: “Las fake news han llevado a la sociedad a naturalizar las mentiras”.

Y ello es muy cierto cuando se trata de ciertos temas relacionados con la proteína de origen animal y/o con los alimentos basados en la misma. Incluso, en ocasiones, se entra en la “ignorancia deliberada” (negando con ella el más elemental conocimiento que permita deducir  la intención o el propósito) lo que aún hace más sensible los efectos indeseados de la mencionada pseudo – comunicación.

Pienso que, en un futuro a corto plazo, la “situación comunicativa” en el ámbito referenciado no va a mejorar significativamente. Y no lo va a hacer, entre otras cuestiones, porque en ciertos estamentos, con intereses políticos o económicos, directos o indirectos, no interesa que mejore.

Por esta razón, todos los profesionales que pretenden, pretendemos, realizar realmente la mencionada exposición informativa lo tenemos cada día más complicado.

Triste, pero cierto.

 

Carlos Buxadé Carbó.
Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito.
Universidad Politécnica de Madrid
Universidad Alfonso X el Sabio

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