Las opiniones de don Javier Labarga

En la revista Alimentaria del pasado día 8 de noviembre se publicaron las opiniones de don Javier Labarga, Presidente  de CETECE (Centro Tecnológico de Cereales de Castilla y León).

Expone el señor Labarga… ahora bien, si algo tenía claro toda la población es que, dentro del ámbito productivo, el sector alimentario en general es rotundamente esencial, destacando en particular los subsectores de derivados de cereales, bien sea porque se trata de productos básicos por excelencia como el pan, o por su larga vida útil, como en el caso de las galletas o la pasta. En consecuencia, las empresas de molinería, panadería, pastelería, repostería, galletería o pastas alimenticias han realizado un esfuerzo titánico para dar respuesta a la necesidad del mercado en los momentos más difíciles de la crisis sanitaria.

Así, las empresas han tenido que destinar importantes recursos económicos para garantizar el cumplimiento de las medidas para proteger a sus trabajadores de contraer la COVID-19, evitar la exposición al virus o su transmisión y reforzar las prácticas de higiene alimentaria. Gracias a estrictos protocolos y a la responsabilidad del personal, han sido capaces de mantener la integridad de la cadena alimentaria y la seguridad y adecuación del suministro de alimentos para los consumidores, incluso en periodos de elevados picos de ventas debido a las compras masivas llevadas a cabo por la población en determinados momentos de la pandemia.

Sorprendentemente, entre los productos más demandados durante el estado de alarma encontramos la harina y la levadura, materias primas que sí sufrieron rotura de stocks debido a la repentina afición por elaborar pan y productos de repostería en casa durante el confinamiento. Como Presidente de una escuela de panadería y pastelería considero que este “descubrimiento” ha servido para que el consumidor se dé cuenta del coste económico de las materias primas, del tiempo que requiere la elaboración y de la dificultad de realizar un buen pan o un buen postre. Considero que, sin buscarlo, esta curiosa tendencia ha servido para revalorizar el oficio del panadero y del pastelero.

Desafortunadamente, el sector de derivados de cereales no está encontrando el apoyo de las Administraciones de cara al fomento del consumo de sus productos, sino más bien todo lo contrario. Recientemente se han planteado campañas que tratan de disminuir el consumo de determinados ingredientes utilizados por el sector, lo que redunda en una mala imagen de los productos de panadería y pastelería. La realidad es bien diferente, ya que las empresas llevan años priorizando la mejora de la calidad nutricional de sus elaboraciones. Prueba de ello son los datos arrojados por el Departamento de I + D + i de CETECE, en el que la práctica totalidad de los estudios solicitados por nuestros clientes a lo largo de nuestros 22 años de trabajo están enfocados a la reformulación de los productos con el fin de mejorar el perfil de grasas y el contenido de azúcares y sal.

En definitiva, la industria de derivados de cereal sabe estar a la altura de las circunstancias, asegurando el aprovisionamiento, la seguridad alimentaria y la salud de los consumidores y estoy seguro de que seguirá estándolo mientras así lo requiera la excepcional situación que nos ha tocado afrontar.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *