A VUELTAS CON LAS DENOMINACIONES CÁRNICAS EN CIERTOS PRODUCTOS BASADOS EN PROTEÍNAS VEGETALES
Me ha parecido interesante abordar de forma somera esta cuestión a raíz de los múltiples comentarios y opiniones contradictorias que surgieron la semana pasada en un seminario en una escuela de negocios donde imparto docencia.
Todo empezó cuándo comentamos, por su repercusión a nivel de mercadeo y de mercadotecnia, la temática de una de las ponencias de la “IV Mesa Virtual Ágora TOP GAN”. En este contexto pude darme perfecta cuenta de la gran confusión existente con esta compleja cuestión en personas que no laboran en nuestro sector agrario.
En primer lugar, debo puntualizar que el Parlamento Europeo (PE) no autorizó el pasado 23 de octubre para el conjunto de Estados que conforman la Unión Europea (U.E. – 27) que se puedan utilizar denominaciones cárnicas en los productos de proteína vegetal (que dan lugar al mercado plant based). Bien es verdad, y aquí está el problema, que tampoco prohibió lo contrario.
En segundo lugar, no se ha publicado en el Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE) ninguna ley que apruebe la utilización de denominaciones cárnicas en productos de proteína vegetal (otra cuestión bien distinta son las interpretaciones interesadas surgidas después del pasado 23 de octubre, en uno u otro sentido).
A nivel práctico ello significa, desde un punto de vista estrictamente legal (insisto, desde un punto de vista legal), que nada ha cambiado (a pesar del resultado de la votación en el Parlamento Europeo). Por esta razón, cada Estado de la Unión Europea tiene la potestad de regular esta cuestión de la manera que considere más pertinente en el marco, esto sí, de su propio mercado
Actualmente, sólo hay 3 Estados de la U.E. – 27 (España, Finlandia y Francia) que hayan prohibido el uso de denominaciones cárnicas en productos de naturaleza vegetal. En el caso español, está el Real Decreto 474/2014 de 13 de junio que aprueba la norma de calidad de los derivados cárnicos (y también, que no se nos olvide, un Acuerdo de la Mesa de Coordinación de Calidad del MAPA).
Por esta razón, antes de escribir estas líneas, me he dado una vuelta por 3 de la docena de grandes superficies que están cerca de donde se ubica mi vivienda habitual y en las 3 había en los expositores varios productos vegetales con denominaciones cárnicas (por ejemplo, “hamburguesas veganas o vegetales o vegetarianas”) y, en dos de ellos, estaban en la misma área expositora que ciertos “productos ecológicos” (sic).
Lo cual pone en evidencia, una vez más, que en España somos grandes especialistas en ignorar (por expresarlo finamente) las Leyes, los Reales Decretos, los Acuerdos y lo que se tercie…y no pasa absolutamente nada. Aquí, en nuestra casa, si algo no está expresa y clarísimamente prohibido… es que está de hecho permitido ¡qué gran País, si señor!
Creo que lo verdaderamente importante a la hora de hablar de esta cuestión es lograr evitar que el consumidor se pueda confundir no sólo en lo que atañe a la composición de un alimento sino en lo que respecta a su aporte nutricional (es decir a sus características nutricionales).
Desde mi punto de vista, al utilizar para un producto vegetal un nombre cárnico origina la posibilidad cierta de generar confusión. En efecto, el “consumidor tipo” puede asociar erróneamente al producto vegetal con una determinada calidad del alimento que solo está ligada al producto de origen animal, cuando el aporte nutricional real de los dos productos es significativamente distinto.
Estamos, sin duda, en un “terreno muy pantanoso”. Creo sería muy bueno para todos que, en España, se promulgara urgentemente una ley similar a la Ley francesa nº 2020 – 699 que deja meridianamente claro que las denominaciones utilizadas para designar a los productos alimenticios de origen animal NO podrán utilizarse en los productos que contenga proteínas vegetales; claro ¿verdad?
Y, naturalmente, que esta ley “chez nous” se hiciera cumplir… ¿con la Iglesia hemos topado?
Carlos Buxadé Carbó.
Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito.
Universidad Politécnica de Madrid
Universidad Alfonso X el Sabio
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