La caza, reclamada como actividad esencial

 

Nada menos que 67 entidades representativas del mundo rural han reclamado al Gobierno que declare la caza como actividad esencial. Lo han hecho la semana pasada en un escrito remitido al presidente Sánchez donde pide que incluya los desplazamientos puntuales de los cazadores entre las excepciones ante posibles confinamientos (los confinamientos y las limitaciones de movilidad que ya están sufriendo muchos cazadores están poniendo en riesgo un gran número de acciones cinegéticas. y reclaman una declaración oficial de la caza como una actividad esencial.

El escrito, que está acompañado por un informe técnico del catedrático de Sanidad Animal e investigador del IREC (Instituto de Investigación de Recursos Cinegéticos), don Christian Gortázar, apoyado por entidades que representan a los sectores agrícolas, ganaderos, alimentarios y cinegéticos de nuestro país y, paralelamente, recuerda los posibles efectos que tendría la paralización de la actividad cinegética en algunas zonas de España cuando acaba de arrancar la nueva temporada.

Ante esta situación, alertan de las graves consecuencias que tendría un descenso significativo de la caza durante los próximos meses asociado a las restricciones por la pandemia. Alegan que “ocasionarán, sin duda, una superpoblación de algunas especies silvestres (conejos, corzos, ciervos, cabras hispánicas, jabalíes…) con consecuencias ambientales, económicas, de salud pública y de sanidad animal nefastas para España”. En este sentido, señalan que es especialmente destacable el impacto en la sobreabundancia de jabalíes.

También son previsibles de no actuarse con prontitud y adecuadamente, los cuantiosos daños en los cultivos y producciones ganaderas, ya que se multiplicarán las afecciones en las cosechas de cereales, leguminosas, pastos, etc., pero también en infraestructuras de riego y rurales, así como los ataques a las producciones ovinas y caprinas en extensivo.

Otro efecto previsible de la disminución de la actividad cinegética es la generación de desequilibrios ecosistémicos. En esta línea, el documento remitido al señor  Pedro Sánchez pone de manifiesto que “la imposibilidad del control poblacional cinegético en el ecosistema agrosilvopastoral nacional supone un descontrol de la capacidad de carga del medio natural, con severas afecciones a especies sensibles, vulnerables o en peligro de extinción”.

También está el efecto directo sobre el mundo rural, con importantísimas pérdidas económicas y de empleo en zonas que, además, están en especial riesgo de abandono demográfico.

Finalmente  las entidades representativas del mundo rural recuerdan al Presidente del Gobierno que hay que tener también en cuenta que por sus características propias y las condiciones en las que se desarrolla, la caza no es una situación “de riesgo” de transmisión del coronavirus. En efecto, gracias a las medidas de protección empleadas no hay posibilidad de contactos estrechos.

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