El Coronavirus (covi) en el ganado bovino (II)
Inicio esta segunda parte de mi artículo poniendo en evidencia que no hay un tratamiento etiológico para el Covi, pero sí sistemas de control, empezando por el manejo, la bioseguridad y la higiene (separación temprana de las crías de la madre y otros adultos; continuando con tener una sala de partos aislada y limpia, con una cama abundante y renovada con frecuencia o boxes individuales para las crías, disponiendo de un alojamiento seco, abrigado y limpio y aplicando medidas de manejo de bajo estrés en el transporte y en el cebadero…).
En el caso de la diarrea neonatal, adquiere mucha importancia la administración temprana de suficiente calostro con inmunoglobulinas frente al virus. El Covi bovino puede desencadenar una respuesta inmune protectora en los animales infectados; la recuperación de la enfermedad se acompaña de títulos elevados de anticuerpos, Ig G1 y G2, Ig A, (e Ig M durante su vigencia), muchas bajas por Covi, sin embargo, solo muestran Ig M.
La respuesta inmune parece ser poco duradera, de ahí la posibilidad de animales persistentemente infectados y de reinfecciones repetidas, aunque la presencia de Covi en ambos casos suele limitarse a una multiplicación subclínica, de importancia para la transmisión del virus, pero sin implicaciones para la salud de los hospedadores.
Los terneros que entran en cebadero con una titulación elevada frente a Covi tienen menor riesgo de sufrir enfermedad respiratoria en las 5 semanas posteriores a su recepción y mayor ganancia de peso que sus compañeros.
Existen vacunas inactivadas y atenuadas frente a Covi, de empleo en la prevención de la diarrea neonatal. Algunas vacunas orales de virus atenuado se han empleado directamente en el ternero, pero con un éxito parcial, por la posible interferencia de los anticuerpos maternos, ingeridos en el calostro.
La norma es la aplicación de vacunas parenterales a las madres, al final de la gestación, para estimular la producción de anticuerpos, que pasarían a la cría en el calostro. Existe una correlación positiva entre el título sérico de las madres, el título en calostro y en el suero del ternero en sus primeros días de vida.
La aplicación experimental intranasal de vacunas atenuadas orales (diseñadas frente a diarrea neonatal) antes de la entrada en cebadero ha tenido efectos beneficiosos en la sanidad y rendimiento de los animales. Se especula sobre el posible beneficio que podría obtenerse de la aplicación de vacunas parenterales, dada la relación encontrada entre anticuerpos séricos y protección.
La inmunidad frente a Covi parece proteger de las manifestaciones clínicas, pero no impide nuevas infecciones ni la transmisión de virus (reducida en tiempo e intensidad).
¿Se transmite el Covi bovino del ganado a los operarios o los consumidores? No.
Aunque hay dos Covi humanos relacionados con el Covi bovino (HCoV-OC43 [catarro] y HECoV [enteritis]), no se han encontrado nunca evidencias de transmisión del virus bovino al hombre; es más, los estudios realizados sobre personal en contacto con terneros enfermos, han demostrado que el 100 por 100 de las muestras nasales obtenidas de los obreros ya a solo seis horas de su exposición era negativo al virus. Muestreos realizados entre la media hora y esas seis horas señalan una rápida caída de la presencia de Covi y, muy importante, en ningún momento se encontró capacidad de los viriones para infectar cultivos celulares apropiados.
¿Qué tendencias vamos a observar en el futuro? Dado que el virus está extendido por todo el mundo, con gran prevalencia en rebaños e individuos, que puede estar presente en numerosas otras especies, domésticas o silvestres y que no es una zoonosis; seguiremos conviviendo con él.
Las prácticas tendentes a reducir el uso de antibióticos, (mejoras en manejo e instalaciones, bioseguridad e higiene y la mayor proclividad a vacunar al ganado), tendrán un impacto positivo en la frecuencia de aparición de brotes clínicos.
Una posibilidad, añadida, tras el enorme interés que ha despertado la pandemia por la Covid-19 en los coronavirus y su vacunación, es el desarrollo de nuevas vacunas capaces de ser aplicadas de modo efectivo y rentable frente a la forma respiratoria de Covi en los cebaderos, posiblemente en forma de combinaciones con otros patógenos respiratorios.
De momento, manejo, bioseguridad, higiene, vacunación (de madres) y encalostrado escrupuloso son las mejores armas, frente al Covi y todos los demás agentes infecciosos. ¿Nos ponemos?
Francisco González
Veterinario
Consultor en Sanidad, Manejo y Gestión de explotaciones de ganado vacuno
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