Bienestar animal en tiempos del coronavirus
El Bienestar Animal es uno de los soportes básicos de la Producción Animal y no solo en las explotaciones ganaderas, sino también en los animales de compañía presentes en muchos hogares y que son un miembro más de la familia. Al fin y al cabo, el concepto de Producción Animal abarca a todos los animales útiles al hombre.
Los acontecimientos actuales a nivel mundial nos están haciendo comprender que la sanidad y la salud de nuestros animales y del medio ambiente, están íntimamente ligadas a la sanidad y la salud humanas siguiendo el conocido concepto de ONE HEALTH. La profesión veterinaria está acostumbrada a lidiar con las enfermedades que acechan a la cabaña ganadera y a las mascotas e incluso con aquellas otras que suponen además una zoonosis.
Su acción y gestión preventiva contra la aparición de epidemias logra sostener la sanidad animal, la humana y la medioambiental, además de vigilar la seguridad alimentaria y, por lo tanto, asegurar el Bienestar Social.
En concreto, desde el punto de vista de la salud de los animales son bien conocidas las enfermedades causadas por coronavirus en porcino y que originan trastornos digestivos como la Gastroenteritis transmisible (GET-1946) y la Diarrea epidémica porcina (DEP-1977) o los trastornos respiratorios como el Coronavirus respiratorio porcino (CRPv-1984). Los rumiantes tampoco están libres de contagiarse de enfermedades producidas por coronavirus. Es el caso del Coronavirus bovino (CoVB) que produce el síndrome diarreico neonatal del ternero y que podría afectar, sin una adecuada profilaxis materna, a casi la mitad de los recién nacidos.
Los veterinarios sabemos bien que la mayor parte de estas afecciones solo tienen tratamientos paliativos; sin embargo, su aparición es muy puntual ya que las medidas de bioseguridad de las granjas son la mejor forma para prevenirlas.
También los perros y los gatos tienen sus propias patologías generadas por este tipo de virus, pero su control resulta hasta cierto punto sencillo, siempre y cuando se sigan unas mínimas medidas higiénicas y de prevención. Estos comportamientos aseguran el bienestar de los animales y la salud de las personas y no pueden ser olvidados en ningún momento y menos aún en las circunstancias actuales.
La sociedad occidental está muy sensibilizada con el bienestar animal, afectándose desde el tipo de alimentación humana (vegetarianos, veganos…), hasta el grado de integración y consideración de estos en la vida social de las personas, ya que comparten con ellas entre otras cosas el medio ambiente (calles, parques, servicios públicos o lugares de ocio).
Ser un populista del bienestar animal es muy fácil y es tanto más sencillo, cuantos menos conocimientos sobre el tema se posean.
Por este motivo, en estos momentos de dificultades y alertas sanitarias debido a la presencia de una pandemia desconocida hasta ahora, como la de la COVID-19, deberíamos empezar a plantearnos si determinadas normas supuestamente a favor del bienestar de los animales y sus conceptos antropomorfistas pueden a medio y/o largo plazo representar un problema para la Salud Pública.
José Ramón Caballero de la Calle
C.E.U. Producción Animal
Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos
Universidad de Castilla-La Mancha
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