La Comisión presenta pautas que atañen a medidas fronterizas para proteger la salud y mantener los bienes y servicios esenciales disponibles

El día 16 de marzo, los servicios de la Comisión presentaron a los Estados miembros (EE.MM.) una serie de directrices acerca de medidas de gestión de fronteras relacionadas con la salud en el contexto de la emergencia COVID-19.

El objetivo perseguido es el de proteger la salud de los ciudadanos, garantizar el tratamiento adecuado de las personas que tienen que viajar y poder asegurar que los bienes y servicios esenciales permanezcan disponibles. Con esta finalidad Las directrices establecen principios para un enfoque integrado de una gestión eficaz de las fronteras para proteger la salud y preservar la integridad del mercado interior.

Así, los EE.MM., tal y como ha hecho España, pueden reintroducir los controles fronterizos internos por razones de política pública que, en situaciones extremadamente críticas, pueden incluir la salud pública. Dichos controles fronterizos deben organizarse para evitar la aparición de grandes retrasos, que corren el riesgo de aumentar la propagación del virus.

Los Estados miembros deben coordinarse para llevar a cabo controles de salud solo en un lado de la frontera. Todos los controles fronterizos deben aplicarse de manera proporcional y con la debida atención a la salud de las personas.
También los Estados miembros siempre deben admitir a sus propios ciudadanos y residentes, y deben facilitar el tránsito de otros ciudadanos y residentes de la Unión Europea (U.E.) que regresan a sus hogares. Sin embargo, pueden tomar medidas, como exigir un período de autoaislamiento, si imponen los mismos requisitos a sus propios residentes nacionales.

Así mismo, los Estados miembros deben facilitar el cruce de los trabajadores fronterizos, en particular, pero solo a los que trabajan en el sector de la salud y la alimentación, y otros servicios esenciales (por ejemplo, cuidado de niños, cuidado de ancianos, personal crítico para servicios públicos). Asegurar el flujo de bienes y servicios esenciales. La libre circulación de bienes es crucial para mantener la disponibilidad de bienes. Esto es particularmente crucial para los bienes esenciales, como los suministros de alimentos, incluido el ganado, los equipos y suministros médicos y de protección vitales.

En términos más generales, las medidas de control no deben causar una interrupción grave de las cadenas de suministro, los servicios esenciales de interés general y de las economías nacionales y la economía de la Unión Europea en su conjunto.

Los Estados miembros deben establecer carriles prioritarios para el transporte de mercancías (por ejemplo, a través de ‘carriles verdes). No se deben imponer certificaciones adicionales a las mercancías que circulan legalmente en el mercado único de la U.E.

Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, no hay evidencia de que los alimentos sean una fuente o una fuente de transmisión de COVID-19.

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