La actual problemática de la producción apícola en España
La apicultura española está pasando por momentos difíciles, y cuando no, llegando a ser críticos en algunos aspectos como ahora sucede; ahí están las últimas manifestaciones en el sector primario.
En la apicultura se unen una serie de factores que están llevando al sector a una muy difícil situación.
Veamos:
La climatología tan “loca” que estamos sufriendo ha producido, en esta última campaña, una disminución en la producción, dependiendo de zonas, cercana al cincuenta/sesenta por ciento.
La patología de las abejas, sobre todo la varroosis (Varroa destructor), que está diezmando a nuestras colmenas y que, por distintas circunstancias, está descontrolada. Estas circunstancias se resumen en una bajada sustancial en la eficacia de los productos acaricidas utilizados. El sector se queja de que no dispone de suficientes alternativas a los que está utilizando. Por otra parte, existe una corriente que, lamentablemente se está extendiendo, de utilizar prácticas y productos no autorizados y de distintas formas de aplicación muy alejadas de la mínima praxis profesional.
La Administración General del Estado está legislando y apoyando al sector apícola con el Plan Nacional de Apicultura, programa cofinanciado por la Unión Europea, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y las CC.AA. dependiendo del censo de cada una de ellas.
Seguimos sin tener en las Comunidades Autónomas, a pesar de tener competencias para ello, una política de potenciación de los asentamientos, la falta de un estudio de la flora apícola y por ello sin conocimiento de la capacidad del número de colmenas que se pueden asentar en un determinado territorio. Tampoco se legisla sobre distancias entre colmenares, tratamientos de las patologías, etc.
La situación económica y de empleo que sufre España en estos momentos, hace que muchos jóvenes inicien su andadura en la apicultura, en muchas ocasiones sin conocimientos previos que son tan necesarios y esto hace que, a pesar de la masiva muerte de abejas, el censo en España no disminuye, sino por el contrario está aumentando creando verdaderos problemas de falta de asentamientos para, fundamentalmente, los apicultores que practican la trashumancia.
Ello ocasiona que, por parte de autoridades locales, se legisle en el sentido de “poner puertas al campo”, dándose la circunstancia de situaciones no deseadas por nadie como el cierre de piqueras o el envenenamiento de abejas.
El hartazgo del sector primario que estamos viviendo llega por los bajos precios que tienen sus productos en origen.
En apicultura, este año, se suma la baja producción y el desplome de los distintos productos comercializados: miel, polen. Si analizamos la situación vemos que desde la desaparición de la interprofesional INTERMIEL, el mercado ha perdido trasparencia y siempre pierde la parte menos organizada, en este caso el apicultor. La importación de miel de países terceros, con una sospechosa calidad ayudada por una legislación nada adecuada en controles y etiquetado está llevando a la ruina a muchos apicultores.
Terminemos con un punto de esperanza. Los productos naturales, con una calidad contrastada como nuestra miel, polen, etc. tienen su punto fuerte en la diferenciación (denominaciones de calidad) además de cubrir unos nichos de mercado no cubiertos (miel + polen, miel + jalea real, miel + propóleos), que nos alejen del “monocultivo” de la miel a lo que hay que añadir unas necesarias campañas publicitarias.
Si a todo esto le añadimos la necesidad de potenciar la presencia de las abejas que contribuyen a la sostenibilidad como se contempla en el Convenio de Diversidad Biológica de las Naciones Unidas, estaremos en el adecuado camino para salir de esta crisis que tan perjudicial está siendo para todos.
Jesús Llorente Martínez
Vicepresidente
Fundación Amigos de las Abejas
Asociación de Veterinarios Especialistas en Sanidad y Producción Apícola. AVESPA
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