Los circuitos cerrados de televisión (CCTV) en los mataderos: conveniente

Como zootecnista (y por lo tanto, como persona que respeta profundamente a los animales y a sus derechos) he defendido permanentemente y a ultranza la necesidad de disponer de un adecuado control de la actividad humana cuando se relaciona directamente con los animales vivos; muy especialmente cuando están implicados animales útiles, ya sean de renta o de trabajo, en cualquiera de sus facetas, incluidas la deportiva y la lúdica (en el sentido más amplio del término), o cuando lo hace con los animales de compañía.

Paralelamente he condenado siempre la brutalidad gratuita, el sadismo y el trato degradante, para con los animales y también he manifestado mi más absoluto desprecio hacia los especímenes de la especie humana que los utilizan. Por esta razón he expresado reiteradamente mi más contundente repulsa y rechazo, a todo tipo de maltrato animal, físico o psicológico, real (subrayo lo de real).

Por estas razones, en su día, condené contundentemente el caso, demostrado por la ONG Equalia, del maltrato que se producía en ciertos mataderos (por ejemplo en el de Collado Villalba o en el de Caudete), durante el proceso del sacrificio de los animales (recordemos el tema de animales pateados, reiteradamente golpeados, sacrificados sin aturdimiento previo, o el de una vaca colgada mientras un operario cortaba sus patas estando aún consciente, etc. etc.).

Por esta razón he aplaudido sin reservas que el Parlamento de la Comunidad Autónoma (CC.AA.) de la Rioja haya dado luz verde, por unanimidad, a una medida que obliga a los mataderos de esta Comunidad a habilitar un circuito cerrado de televisión (CCTV). Con la aplicación de esta medida se podrá controlar si se producen casos de maltrato animal en los mismos y arbitrar las medidas oportunas para que los mismos no se vuelvan a producir bajo ninguna circunstancia.

En efecto el CCTV es manifiestamente una herramienta técnica que amplía significativamente la capacidad de inspección y de vigilancia del cumplimiento, a lo largo de todo el proceso que tiene lugar en los mataderos, de la normativa vigente en la Unión Europea (y en España, claro está) en lo que atañe al bienestar animal y a los derechos de los animales.

Esta medida ya se aplica con carácter general, por ejemplo, en Israel, en Inglaterra, en Escocia o en Francia y, en mi opinión, debería aplicarse la misma en todos los mataderos españoles (debo significar que el día 29 de enero, en la Comunidad de Madrid, los grupos parlamentarios de PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos, registraron en la Asamblea una proposición no de ley en la que solicitan precisamente que se instale un circuito cerrado de televisión en todos los mataderos de la CC.AA. de Madrid, “con el objeto de garantizar la protección de los animales y el cumplimiento de las normativas de seguridad alimentaria”).

En mi opinión, este es el camino correcto. Pero el mismo debe ser complementado necesariamente con la impartición de una adecuada formación en esta temática a lo largo del proceso educativo de los ciudadanos (proceso, no lo olvidemos, que debe prolongarse a lo largo de la vida de los mismos y en el que los medios sociales de comunicación deberían jugar un destacado y positivo papel).

Es verdad que en Espña, en los últimos años, se ha mejorado mucho en este sentido (aún recuerdo todas las barbaridades que me tocó vivir en este sentido cuando volví a España a medianos de los años 70 del siglo pasado después de varios años en el Norte de Europa), pero aún queda un largo camino por recorrer.

Afortunadamente se está en ello (y en parte, al César lo que es del César, gracias a algunas acertadas actuaciones de ciertas ONG´s de corte animalista).

 

Carlos Buxadé Carbó.
Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito.
Universidad Politécnica de Madrid
Universidad Alfonso X el Sabio

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