Consideraciones acerca del neonato en el ganado caballar (II): el potro no mama
Ya hablamos en el capítulo anterior de la importancia que tiene que el neonato tome el calostro en las primeras horas de vida puesto que, debido a las características de la placenta de la yegua, el potro nace sin ningún tipo de inmunidad y es mediante la toma de calostro cómo la adquiere. Esta toma de calostro debe producirse en las primeras 12 h de vida (principalmente en las 6 h primeras), porque a partir de esas horas en adelante, se cierra la barrera intestinal que permite el paso de IgG a la sangre.
Si el potro no mama en esas primeras horas, el problema puede estar en la madre o en el potrillo.
Algunas yeguas primerizas, al tener la ubre muy llena y con mucha tensión, por tanto, con dolor al tacto, no consienten que el potro se acerque y mame porque eso les produce dolor. Si éste es el caso, habrá que ordeñar un poco la yegua para disminuir esa tensión y por tanto el dolor, y sujetarla bien (si es necesario una sujeción más firme, se hará uso del torcedor o acial) cuando acerquemos el potrillo hacia la ubre. Es importante dedicarle tiempo y paciencia y en cuestión de horas (a veces algunos días) conseguiremos que la yegua acepte al potro.
En ocasiones es el potrillo el que no mama, aun teniendo una yegua muy predispuesta. Si el potro presenta algún problema a la hora de mantenerse en pie, pero tiene reflejo de succión, lo que habrá que hacer es, ayudarlo a levantar e intentar que haga el menor esfuerzo posible y aproximarlo a la ubre, haciendo salir algo de leche de la misma, para que el potrillo entienda dónde tiene que succionar. Igual que en el caso anterior, es cuestión de paciencia y en unas horas veremos cómo el potro cada vez tiene más fuerza y más capacidad para mamar por cuenta propia.
Si la yegua muere en el parto, se puede ordeñar y administrarle el calostro al potro mediante biberón. En el caso de que la yegua no tenga calostro o sea de baja calidad, se pueden administrar jeringas comerciales con calostro concentrado, estandarizado y liofilizado, una a las 6 h de vida y otra 6 h después.
En cualquiera de estos casos, si el potro consigue tomar el calostro dentro de las primeras de vida, no tiene por qué tener ningún problema relacionado con la falta de inmunidad. Ante la duda, siempre podemos comprobar que ha adquirido la inmunidad necesaria, realizando un test rápido de IgG, que en menos de 10 min nos dará el valor de IgG en sangre, del potrillo.
La mayoría de los partos ocurren entre las 22:00-04:00 h, por lo que cuando vienen a darse cuenta de que el potro no ha mamado, es probable que hayan pasado más de 12 h desde que nació. En este caso, hay que avisar de inmediato al veterinario. La inmunidad será transferida al potro mediante administración intravenosa de plasma materno o de plasma hiperinmune comercial. Se le colocará un catéter intravenoso, normalmente en la vena yugular o en la vena cefálica, y mediante infusión lenta se le irá administrando el plasma hiperinmune.
Si el potro no tiene reflejo de succión, estaremos ante un potro enfermo. Puede ser que ya haya nacido enfermo, debido, por ejemplo, a una placentitis de la madre, o bien que se infecte al nacer, debido a que carece de la inmunidad necesaria para hacer frente a enfermedades. En estos casos, el potro nunca tomará por sí solo el calostro puesto que carece de reflejo de succión. Si estamos dentro de las primeras horas de vida, podemos ordeñar a la yegua y mediante un sondaje nasogástrico, que hacemos al potrillo, le introducimos el calostro hasta el estómago. La otra opción y única en el caso de que el potro tenga más horas de vida, será la de hacerle una transfusión del plasma de la madre o del plasma comercial. Además, habrá que darle una terapia de soporte y tratamiento médico según la patología o patologías que presente.
Dra. Rosana Domingo Ortiz
Universidad CEU Cardenal Herrera
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