Presunta falsedad documental en dos granjas de vacuno de leche del Segriá

Según ha trascendido la Guardia Civil se encuentra investigando a los responsables de dos granjas de vacuno de la zona de Lleida por un tema de falsedad documental.

En efecto, el Equipo del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA) de Lleida, está inmerso en una investigación de los responsables de dos explotaciones ganaderas de la provincia de Lleida.

Realmente la investigación se inició en el año 2016 cuando, en la Comunidad de Asturias, se detectó casualmente a una persona que llevaba en el maletero de su coche varios crotales de ganado vacuno, algunos de los cuales pertenecían a reses ubicadas en explotaciones de la comarca del Segriá (Lleida).

Se trata en este caso de un supuesto delito de falsedad documental por haberse asignado los crotáles identificativos procedentes de terneros muertos a otros animales.

Los crotales son piezas que actualmente suelen ser de plástico si bien pueden ser de otros materiales (por ejemplo, aluminio) que tienen la finalidad de identificar a cada animal. Se implementa al poco de nacer y permanece en el animal hasta su muerte.

Dicho de otra manera cada animal presente en una explotación está identificado individualmente mediante una marca auricular (crotal) colocada en cada oreja. Además, cada animal del rebaño tiene un documento de identificación individual actualizado. Se colocan los crotáles en un plazo inferior a 20 días tras el nacimiento de un animal, y en cualquier caso antes de que el animal abandone la explotación en la que ha nacido. Si muere un animal se comunica a la autoridad competente en un plazo de 7 días. Se restituye el documento de identificación individual en este mismo plazo.

El código consta de los siguientes caracteres: ES que identifica a España; un dígito que determina la autoridad competente: un dígito de verificación o control; dos dígitos que identifican a la Comunidad Autónoma y ocho dígitos de identificación individual del animal.

En el caso que aquí nos ocupa lo que se ha podido demostrar que sucedía, en las inspecciones realizadas ya en el mes de mayo pasado, es que en estas explotaciones se realizaban transacciones incumpliendo la normativa existente porque se alteraban las bases en que se fundamenta la trazabilidad.

Según ha comunicado la Guardia Civil: “los investigados aumentaban el valor de reses de baja calidad e introducían en los sistemas nacionales animales de procedencia ilegal, falseándose datos relativos al origen, raza, tratamientos sanitarios o calidad final de la carne”.

Se trata de un delito de falsedad documental, simulación de documento público y tráfico de documentos de identidad falsos.

Como recordarán nuestros lectores no es el primer caso de esta naturaleza en España.

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