Seguro de compensación por pérdida de pastos de Agroseguro (y II)

Tras explicar en la primera parte (Boletín nº 6 de Ágora TOP GAN) cómo se calcula el llamado Índice de Vegetación que es el fundamento de esta línea de seguro, aquí está la segunda parte que concluye el artículo.

Se trata sin duda de un seguro singular y complejo, que trata al mismo tiempo de mostrar todos los datos con la máxima transparencia:

  • En las condiciones especiales del seguro se definen todos los conceptos utilizados y se detalla de forma pormenorizada el método de cálculo del índice de vegetación.
  • Se pueden consultar cada mes en la referencia https://agroseguro.es/atencion-al-cliente/consultas-de-rendimientos-indices-y-otras-medidas los índices de vegetación de cada comarca, su evolución mensual y la indemnización estimada para cada ganadero en función por último del capital asegurado por especie y para cada comarca.

Balance y situación actual

Desde 2001 a 2018 (el 2019 no está aún concluido), se han pagado como indemnizaciones 253 millones de euros frente a 145 millones de primas (el importe neto pagado por los ganaderos no llega a 100 millones de euros). Es necesario tener presente que no es un seguro de daños directos que se midan en cada campo; se basa en la comparación de dos Índices de Vegetación, el de referencia o histórico y el que se obtiene decena a decena y para cada comarca o subcomarca, durante los meses en los que el seguro ofrece cobertura.

No hay muchas referencias en otros países sobre un seguro que compense la falta de pastos. El que se puso en funcionamiento en nuestro país hace casi 20 años ha sido analizado por los gobiernos y las aseguradoras de muchos países; sólo Francia tiene actualmente un seguro similar, y se basa igualmente en las imágenes de un satélite que determinan un indicador de vegetación.

¿Tiene futuro este seguro?

Cuando una solución es considerada equivocada o negativa para las dos partes (para los asegurados si tenemos en cuenta los mensajes de sus representantes, para los aseguradores a la luz de los resultados), parecería normal que este seguro tuviera los días contados; sería lo más sensato. Sin embargo, las Administraciones nacional y las regionales lo consideran imprescindible como mecanismo eficaz para que sus ganaderos puedan estar protegidos. Y, sobre todo, son miles los ganaderos que siguen creyendo útil y necesario este seguro como instrumento eficaz para hacer frente a la climatología tan irregular que estamos viviendo, y por ello lo han contratado a lo largo del verano y otoño de este año 2019.

Si el contrato aún dispone de esa confianza de los ganaderos, tenemos que revisar algunos de los planteamientos actuales:

  • Sigue siendo básico, fundamental, imprescindible, dar un mensaje claro e inequívoco a los ganaderos de cómo funciona este seguro, a los que contratan el seguro y a los que no lo hacen, siempre porque tienen toda la información que necesitan para dar este paso.
  • Hay ajustes posibles, que pueden mejorar la respuesta esperada del seguro, pero para que sean más asumibles es necesario que las Administraciones revisen su apoyo en esta línea del seguro; para ello, bastaría con recuperar los diez puntos porcentuales en los que se redujo la subvención base de esta línea de seguro en 2017.
  • La tecnología nos va a permitir avanzar en la calidad de las mediciones y, en definitiva, en todo el proceso de determinación de cuándo se produce un déficit de pastos en el sentido amplio del término (pastizales, praderas, barbechos, rastrojos, matorrales y otros).

Siempre estamos dispuestos a trabajar; nos lo exigen y se lo debemos a los agricultores y ganaderos de este país.

 

Juan Sáez Ruiz
Subdirector General Seguros Agrarios Combinados
MAPFRE

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