La peligrosa burbuja en que está inmerso el sector porcino de capa blanca

Lo confieso: tengo la terrible sensación, como exponía la semana pasada en una de mis conferencias en una Escuela de Negocios, de estar circulando, por la actual “autopista cortoplacista y de autocomplacencia de nuestro sector porcino de capa blanca”, a toda velocidad pero en dirección contraria.

Las actuales predicciones de los EE.UU. auguran que en el próximo año, año 2020, la producción oficial de carne oficial en el mundo puede situarse, a causa de los estragos generados por la Peste Porcina Africana (PPA), alrededor de los 95 millones de toneladas cuando la misma, en el año 2018, fue de 123 millones.

Mi opinión es que, analizando las previsiones zonales, la producción oficial mundial, en el año 2020, superará los 102 millones de toneladas (la real, sumando a las cifras oficiales el autoconsumo y de la producción de traspatio, pienso que podrá estar el año próximo alrededor de los 110 millones de toneladas (133 millones en el año 2018), igualando prácticamente a la cifra del consumo mundial real total).

Cierto es que el tsunami en el sector porcino mundial es innegable y, cualitativamente y a corto plazo, la gran damnificada aquí (si se puede expresar así) es China y aunque es muy difícil vaticinar cual es el “perjuicio final” que en ella puede llegar a ocasionar la PPA, no creo sea muy desatinado aventurar que del censo cénit chino cifrado en unos 460 millones de cabezas podrá pasar finalmente a ser de unos 230-240 millones.

Ello significará una pérdida censal real cercana al 50 por 100 que generará la correspondiente reducción de su producción final que se cifra, para el año 2020, en unos 35-37 millones de toneladas (en el año 2016 y 2017 este país daba unas cifras de producción de unos 54 millones de toneladas anuales).

En la otra cara de la moneda están, entre otras, las otras tres grandes regiones productoras de carne de porcino en el mundo, que se ven claramente incentivadas en su producción de carne de porcino por la negativa situación generada y descrita especialmente en China (en Asia) que determina el fortalecimiento positivo del comercio internacional de carne de porcino.

Así, en primer lugar, en la actual Unión Europea, segundo productor mundial, se prevé que su producción oficial pueda llegar el próximo año 2020 a una cifra cercana a los 25,5 millones de toneladas frente a los 24 millones largos de este año 2019 (siendo el consumo de unos 21 millones de toneladas y ¡atención! descendiendo; el autoabastecimiento supera el 118 por 100); el tercer productor, los EE.UU. de Norteamérica, podría producir el próximo año unos 13 millones de toneladas y todo parece indicar que en el año 2020 la producción de Brasil, el cuarto productor mundial, superará claramente los 4 millones de toneladas.

Es decir, los tres principales productores después de China producirán en el año 2020 unos 42-42,5 millones de toneladas de carne de porcino que podría suponer un 41-41,5 por 100 de toda la producción mundial (sumando China sería unos 77-78,5 millones de toneladas o prácticamente el 77-78 por 100 de la producción mundial oficial).
La burbuja se ha generado porque el resto del mundo lleva pensando desde el año 2018 que la situación china se va a prolongar en el tiempo; que el comercio internacional seguirá muy positivo, que los elevados precios se quedarán y así un largo etcétera, continuará a medio plazo para el bien del Oeste (si la PPA nos respeta) y, por ello, en él todos seremos felices y comeremos perdices.

En mi opinión, nada más lejos de la realidad futura a corto-medio plazo. La PPA está permitiendo a China eliminar, directa e indirectamente, miles y miles de explotaciones ineficientes e ineficaces y sustituirlas (ya está en ello) por explotaciones ultra-modernas, en base a una economía circular y de escala de primer nivel (toda realidad pecuaria tiene su cara negativa y su cara positiva).

Pero además, no me cabe duda alguna, China va a sustituir, por razones económicas obvias, una parte de su consumo histórico y previsional de carne de cerdo por el consumo de carne aviar (pollo y pavo, básicamente) y por el de proteína (vegetal y animal) de origen industrial.

Es decir, de no surgir grandes imprevistos, en no más de 5-7 años, China dejara de ser el “Eldorado” de los grandes productores de carne de porcino del resto del mundo (y esto sin mencionar el último acuerdo ruso-chino).

La pregunta que surge entonces es muy sencilla, interesante e importante ¿qué hará la Unión Europeas (UE-28) (y, en ella, España más concretamente) con “una parte crítica” de sus grandes y crecientes excedentes de carne de porcino (hoy, en la UE unos 5 millones de toneladas anuales)? Actualmente estimo que la UE exporta más de 2 millones de toneladas anuales de carne de cerdo a China (en el primer semestre del 2019 ya fueron casi 1 millón de toneladas).

En mi opinión el sector porcino de la Unión Europea y especialmente de España (dónde el mismo no deja de crecer y de cantarse loas a su excelencia), debería dejar de hacer crecer la burbuja. Debería tener muy en cuenta el sector el presente y sobre todo el futuro de las normas de carácter medioambiental y de bienestar animal y de la evolución de los consumos internos.

Creo que debería dedicar esta época de gran bonanza y de importantes beneficios, para eliminar, en la medida de lo posible, los apalancamientos financieros existentes, generar reservas financieras para lo que va a venir a corto-medio plazo, optimizar técnicamente las granjas, aplicar correctamente las mejores técnicas disponibles y, sobre todo, prepararse bien para un futuro que se me antoja (ya me perdonarán) complejo técnica y económicamente hablando.
Lo curioso es que en privado muchos “popes” del sector español del porcino de capa blanca están de acuerdo conmigo, pero, en público, se unen a las loas (imagino que para ser “políticamente correctos”).

En definitiva, me recuerda mucho la realidad actual de nuestro sector porcino de capa blanca al “boom o burbuja” inmobiliaria de los años 1997–2007 y, mirando al futuro, a su pinchazo de los años 2007–2012.

¿A usted no?

 

Carlos Buxadé Carbó.
Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito.
Universidad Politécnica de Madrid
Universidad Alfonso X el Sabio

 

 

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