Carta abierta de Luis Miguel Cebrián (y II)

Algunas reivindicaciones relacionadas con el colectivo de veterinarios clínicos que a mi juicio la Organización Colegial debería plantear a la administración

Continuando con lo expuesto en lo publicado en mi artículo de la semana pasada en el Boletín TOP GAN nº 7:

 Lucha contra las resistencias

  • El buen uso de los medicamentos en general y el uso racional de los antibióticos en particular son totalmente incompatibles con la mala práctica conocida como ¨receta inversa¨. La “receta inversa” es un procedimiento por el cual el propietario de los animales decide el tratamiento a aplicar y encarga directamente los medicamentos a una entidad dispensadora, la cual dispone de un sistema, generalmente electrónico, de generar recetas las cuales remite para su firma a un veterinario que no ha visitado los animales y en la mayoría de los casos desconoce totalmente la explotación. Con esta forma de proceder desaparece el acto clínico y se vulnera el principio de garantía de independencia. Las autoridades competentes deberían controlar que toda prescripción está basada en un acto clínico o un conocimiento del estado sanitario de los animales y la explotación por parte del veterinario prescriptor, y sancionar a los ganaderos, comerciales y veterinarios que se prestan a estas prácticas.

Reg. Medicamentos 2019/6 Capítulo VII Suministro y Uso. Artículo 105. Prescripción: “Las prescripciones veterinarias solo se expedirán tras un examen clínico o cualquier otra evaluación adecuada del estado de salud del animal o grupo de animales por parte de un veterinario. Las prescripciones veterinarias de medicamentos antimicrobianos con fines metafilácticos solo se expedirán tras un diagnóstico de la enfermedad infecciosa por un veterinario”.

  • En el mismo artículo 105 se dice que “el veterinario deberá poder justificar la prescripción veterinaria de medicamentos antimicrobianos, en particular con fines metafilácticos y profilácticos”. Se debería concretar cuáles son los métodos válidos para dicha justificación. Con esta finalidad se deberían elaborar unas guías detalladas de prescripción de antibióticos por especies y tipos de explotación en la que se fijen las visitas, exploraciones, analíticas, etc., que se consideren técnicamente adecuados para la elaboración de los protocolos de tratamiento antibiótico y los programas sanitarios de las explotaciones, y los registros necesarios que justifique la ejecución de las mismas.

Veterinario de explotación

Los veterinarios de explotación somos aquellos profesionales veterinarios que estamos prestando servicios veterinarios en una explotación ganadera en el más amplio sentido de la palabra: clínica, reproducción, asesoría, gestión, certificación, etc. Si en la coyuntura actual, y con las nuevas exigencias legislativas, el ganadero tiene la necesidad de nuevos servicios y certificaciones relacionados con seguridad alimentaria, medio ambiente, bienestar animal, buen uso de los medicamentos, etc., los veterinarios de explotación estamos preparados para proporcionarlos siempre tenido en cuenta los siguientes principios básicos:

  • Estas certificaciones solicitadas por la administración deben estar basada en unos protocolos detallados. Se ha constatado el nulo valor que tienen los certificados que no están basados en estos protocolos, y buen ejemplo de ellos son los certificados de raboteo, puestos en cuestión por la inspección comunitaria, y los DVR.
  • Otro tema importante a tener en cuenta es el conflicto de intereses y el estatus del veterinario con respecto al ganadero. Tenemos que reconocer que uno de los mayores problemas que tiene la profesión veterinaria es que el estatus del veterinario de explotación con respecto al ganadero en estos momentos se encuentra bajo mínimos, aspecto que hay mejorar para dar un servicio más profesional e independiente y aumentar la fiabilidad de los sistemas de certificación.

La posición o estatus de la persona que extiende las certificaciones en relación con el ganadero debe garantizar decisiones independientes, basadas principalmente en conocimientos especializados. Esto se puede intentar mejorar mediante la puesta en marcha de contratos o acuerdos entre el ganadero y un veterinario. Una experiencia interesante para mejorar este estatus del veterinario de explotación es la llevada a cabo en Holanda, donde el ganadero elige el veterinario que le va a proporcionar este tipo de servicios, pero la rescisión del acuerdo con el veterinario elegido debe ser fundamentada por el ganadero y aprobada por la administración.

 

Dr. Luis Miguel Cebrián Yagüe 

Veterinario colegiado de Zaragoza Nº 720

cebrian@gtvzaragoza.com

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