Revisión del protocolo referido a los osos problemáticos
El Ministerio de Transición Ecológica y las autonomías afectadas por la reintroducción del oso en sus territorios revisarán el protocolo de actuación de osos problemáticos para reaccionar con más rapidez y diligencia cuando se produzca una situación de conflicto.
Esta es una de las conclusiones de la reunión celebrada el pasado martes, día 8 de octubre, en Madrid entre representantes del Gobierno central, de Cataluña, de Aragón y los afectados de la Vall d’Aran y de cuyo contenido dio cuenta el jueves, día 10 de octubre, el consejero aragonés de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, don Joaquín Olona, a los alcaldes de los municipios afectados en la Comarca del Sobrarbe.
Aunque en el encuentro no se ha descartado la retirada del oso pardo esloveno Goiat, introducido por la Generalitat dentro del programa europeo Piroslife, el señor Olona ha reconocido que es un problema complejo.
Los primeros pasos a dar ahora son la revisión del protocolo y la convocatoria de grupos de trabajo, ya que cualquier actuación con esta especie en peligro de extinción, incluida su partida, requiere el visto bueno científico.
En este sentido, el señor Olona, que es ingeniero agrónomo y, por lo tanto, conocedor de esta temática, ha defendido que hay que tener en cuenta este punto de vista científico, pero que ante este «problema social» hay que tomar decisiones políticas, como la que él mismo planteó en la reunión con la retirada del oso.
En cuanto a compensaciones económicas, el titular de Medio Ambiente ha relatado que en el encuentro se reconoció que el Gobierno de Aragón cuenta con el sistema más avanzado de ayudas para los ganaderos, una compensación que al consejero le gustaría que adoptaran el resto de comunidades afectadas.
Según el señor Olona: «lo que no puede ser es que el coste de la protección de la biodiversidad en general y muy en particular cuando es consecuencia de la reintroducción de osos, en este caso, sea a expensas de los bolsillos de los ganaderos» .
En este sentido, ha defendido que el Ejecutivo aragonés no solo está hablando, sino que también defiende «una postura coherente con dotación presupuestaria con fondos propios». Una ayuda que, en el caso de Aragón, asciende este año a 400.000 euros y que va destinada a mitigar los sobrecostes de los ganaderos en las zonas en las que existe la presencia de lobos y de osos. El señor Olona ha insistido en que la ayuda que perciben los ganaderos de ovino no depende de que tengan o no ataques, sino que se otorga por la simple presencia de estas especies en sus montes. También ha especificado que: «toda la política pública, incluida la de la biodiversidad, tiene beneficios, pero también tiene algún coste, y se trata de reconocer con naturalidad que tenemos que ayudar a quienes los soportan».
Finalmente, ha señalado que Cataluña tiene «todo el derecho a tener su política de reintroducción de osos», pero ha pedido que considere que a la comunidad vecina de Aragón le afecta, por lo que «no cabe actuar con unilateralidad». En cualquier caso lo que resulta evidente en todas las zonas afectadas es que una convivencia armónica del oso (y del lobo) con la ganadería extensiva es una cuestión altamente compleja y que requiere la aplicación, entre otras, de políticas de protección la ganadería que no son precisamente baratas.
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