Brote de adenocarcinoma nasal enzoótico
Hace unos meses se remitió al Servicio Clínico de Rumiantes (SCRUM) de la Facultad de Veterinaria de Zaragoza una cabra de unos 15 meses, proveniente de una explotación de unas 500 ovejas y 70 cabras, localizada en Maella (Zaragoza).
El caso se remite ya que los animales sufren un proceso de adelgazamiento crónico progresivo y debilidad, que afecta sólo a las cabras, mayoritariamente jóvenes, y está acompañado de complicaciones respiratorias tales como disnea inspiratoria o secreción nasal abundante. En el momento de la remisión, habían muerto 7 cabras (10,00% del total de cabras) con signos similares al del animal remitido.
El ganadero ha comprado, en los últimos años, varias veces animales de la especie caprina para reposición y, según expone el veterinario, el proceso comenzó tras la compra de un choto que padecía síntomas parecidos a los descritos y que terminó muriendo.
A su llegada, y tras una exploración clínica completa, se realizó una termografía en la que se pudieron observar dos zonas más calientes, indicativas de un proceso inflamatorio, en la zona etmoidal. Se decidió llevar al animal al Centro Clínico Veterinario para la realización de una tomografía computarizada. En ella se observó claramente una masa originada en la fosa nasal izquierda que evolucionaba hacia la derecha y en ambos lados producía la destrucción del tejido óseo tanto intracraneal como facial.
Una vez realizado el estudio post-mortem se pudo comprobar como dicha masa presentaba una superficie rugosa e irregular, con gran cantidad de pólipos, que partían de la zona etmoidal e invadían la cavidad nasal, destruyendo los tejidos adyacentes, compatible con un adenocarcinoma nasal enzoótico (ANE).
El ANE es una neoplasia infectocontagiosa producida por un beta-retrovirus. Existen 2 tipos distintos, el ENTV-1, que afecta a la especie ovina y ENTV-2, que afecta al caprino. Se trata de una neoplasia de las células secretoras situadas en el área etmoidal, debido a esto se produce una gran secreción serosa que fluye por los ollares; además, si la masa avanza, puede provocar exoftalmos por la presión bajo el globo ocular, deformación craneal que puede incluso llegar a fistulizar.
La prevalencia del ANE en el ganado ovino español es baja (entre un 0,10% y un 0,30 %) y un poco más elevada en las cabras (1,00% -1,50%). De todos modos, se ve una gran variabilidad de prevalencia dependiendo de los rebaños, observándose que cuando el virus entra por primera vez en la explotación, se puede producir una aparición epidémica de la enfermedad, habiéndose detectado porcentajes superiores al 15,00% de animales afectados en la especie caprina, como es nuestro caso.
Destacar que no existe tratamiento posible, por lo que la única recomendación sería sacrificar a los animales afectados tan pronto como sean diagnosticados clínicamente para así evitar la diseminación del virus al resto del rebaño. También, se debe intentar controlar, en la medida de lo posible, la entrada de animales que puedan portar el virus, por lo que se recomienda no comprar animales a explotaciones que presenten casos de ANE.
José Antonio Ventura Prado
Veterinario
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